Las declaraciones de Máximo Thomsen, Blas Cinalli y Ciro y Lucas Pertossi, cuatro de los ocho acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, cometido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, apuntaron a negar la presunta existencia de un plan para matarlo y marcaron el punto más destacado de la tercera semana del juicio que se lleva adelante en Dolores, en la que finalizó la etapa de presentación de pruebas.
Los cuatro pidieron declarar ante el Tribunal Oral Criminal (TOV) 1 dolorense para dar su versión sobre lo ocurrido la madrugada del homicidio y se sumaron así a Luciano Pertossi (21), el primero que días antes rompió el silencio mantenido por el grupo de imputados desde el inicio del debate, el último 2 de enero.
Tras estas intervenciones y el cierre de la etapa probatoria, con la declaración de 87 testigos a lo largo de 13 jornadas, se aguarda que las partes presenten sus alegatos finales los próximos 25 y 26 de este mes.
El primero que declaró en la tercera semana de testimoniales fue Thomsen (23), identificado a lo largo del juicio como uno de los seis presuntos agresores directos de Fernando, junto a los hermanos Ciro (22) y Luciano Pertossi, Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23) y Cinalli (21).
El joven solicitó hablar ante el tribunal en la jornada de este lunes lunes, visiblemente afectado luego de que su madre, Rosalía Zárate, intervino como testigo luego de haber sido citada por el defensor, Hugo Tomei.
A lo largo de casi 50 minutos, pidió “disculpas” ante los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia, dijo que “jamás” tuvo “intenciones de matar a alguien” y que solo reaccionó “tirando patadas” ante una presunta “piña en el rostro” tras ser expulsado del boliche “Le Brique” junto al resto de los imputados.
“Jamás en la vida tuve intención de matar a nadie, porque vengo escuchando todos los días que yo organicé, que soy líder”, señaló.
En tanto, admitió que era suya la zapatilla marca Cyclone con rastros de sangre del joven asesinado, que dejó una impronta en su rostro.
Al día siguiente pidió declarar en el inicio de la audiencia Ciro Pertossi, quien dijo que quería aclarar una cuestión respecto de una de las imágenes que se reprodujeron en distintos tramos del debate.
“Este chico soy yo. Y quisiera aclarar que esa patada no la doy, y que cuando me doy cuenta que el chico está en el piso me freno antes”, declaró el joven, de pie, mientras señalaba con un puntero su imagen en la pantalla.
En el caso de Lucas Pertossi (23), identificado a lo largo del juicio como uno de los que golpeó a amigos de la víctima que trataban de ayudarla -al igual que Ayrton Viollaz (23)-, pidió declarar ante el TOC en la tarde del miércoles, luego de que se completó la lista de testigos con la intervención conjunta de dos forenses propuestos por la defensa, quienes cuestionaron la actuación del médico que llevó adelante la autopsia del cuerpo de Fernando.
Lucas Pertossi dijo que sentía “mucha pena por todo lo que pasó”, que “en ningún momento” tuvo “intención de matar a nadie” y que no le pegó a la víctima.
“Quiero aclarar que yo en ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, ni lo toqué, ni participé en un plan para asesinarlo”, aseguró el joven y agregó: “Veo que a un amigo mío lo estaban agarrando del pie y lo están tirando al piso. ‘Soltalo’, digo, pego dos patadas, y me voy caminando a la esquina”.
También se refirió al mensaje enviado al grupo de WhatsApp “Los delBoca3” que compartía con el resto de los acusados, en el que expresó “caducó” en referencia a cómo había quedado Fernando tras ser golpeado.
“‘Hubo una pelea, vino una ambulancia y un pibe caducó’, me dijo alguien que me crucé y le pregunté si había visto a un grupo de chicos. Y mando lo que él me había relatado”, dijo el acusado.
A su vez, aseguró que solía registrar distintas escenas en video con su celular, por lo que solían apodarlo “croniquita” e “intento de influencer”, y de ese modo justificó la grabación tanto del momento de la expulsión del boliche “Le Brique”, como del inicio del ataque.
El último en declarar en el juicio fue Cinalli, quien expresó: “Quiero empezar diciendo que lamento mucho todo lo que pasó, fue una tragedia terrible, falleció un chico de mi misma edad.”
Inmediatamente después, apuntó en la misma línea que Thomsen y el menor de los Pertossi: “No hubo ningún plan. No hubo planificación. No hubo ningún rol”.
Mientras se exhibía un video en el que veía cómo patea a Tomás D´Alessandro, un amigo de Fernando, Cinalli explicó ese joven estaba “tacleando” y había “agarrado del pie” presuntamente a uno de sus amigos.
“Le grito «soltalo», «soltalo», y ahí me agarra a mí del pie, me iba a tirar, y cuando puedo zafar le tiro una patada”, declaró, y a partir de preguntas de los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García, reconoció a su vez que pudo haber estado “medianamente cerca” del cuerpo de la víctima.
Cinalli no aceptó responder preguntas del abogado Fernando Burlando, representante de los padres Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa; y pidió reproducir un video en el que el letrado se refiere a los acusados con conceptos como “cagones”, “hijos de puta”, “conchudos” o “asesinos que merecen morir en la cárcel”.
Estas cuatro declaraciones se sumaron a la Luciano Pertossi, el primero de los imputados en declarar la novena de las trece jornadas del juicio, quien dijo que “no estaba” en el lugar en que lo ubicaban testigos de la Policía Federal Argentina (PFA), quienes lo identificaban como uno de los agresores directos de Báez Sosa al analizar un video.
“Quiero aclarar algo. Yo no estaba ahí”, afirmó, tras levantar la mano y pedir sorpresivamente que lo dejaran aclarar esa cuestión.
Las declaraciones de estos cinco imputados figuran entre los hechos más destacados de las tres semanas de testimonios.
Respecto de la prueba presentada, durante las primeras cinco jornadas distintos testigos identificaron a Thomsen, Comelli, Benicelli y Ciro y Luciano Pertossi como agresores directos.
Cinalli fue el único en no ser mencionado por ninguno de ellos, pero una pericia detallada en la audiencia del miércoles 11 último por un forense del Ministerio Público Fiscal, reveló que había rastros de ADN compatibles con su perfil genético en el dedo meñique de la mano izquierda de Fernando.
Esas pericias detectaron también rastros de sangre de la víctima en al menos siete prendas secuestradas a los acusados, entre ellas las dos zapatillas de Thomsen y una camisa de Benicelli.
Los únicos dos acusados que no fueron mencionados como agresores directos tras 13 audiencias fueron Viollaz y Lucas Pertossi, quienes sí fueron señalados por testigos y por el análisis de imágenes realizado por la PFA como quienes “arengaban” o golpeaban a amigos de Fernando.
Un croquis presentado ante los jueces por los peritos policiales que declararon -elaborado a partir del análisis de una decena de cámaras de seguridad privada y pública y de tres teléfonos celulares, entre ellos el de Lucas Pertossi, precisó que los ocho acusados estaban en presentes en el lugar del crimen.
Por otra parte, desde la organización Change.org se inició una petición para que los acusados sean condenados a prisión perpetua y ya se habían reunido más de 768 mil firmas.
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