El gobierno podría liberar en pocos días entre 1.500 y 2.000 millones de dólares extra para este año. Sería el dinero que desde el Banco Mundial (BM) tendrían disponible para la Argentina, desde que Estados Unidos cambió su posición con el país y comenzó a votar positivamente para la aprobación de préstamos.
Pero, para que esos dólares se liberen, antes deberá haber una negociación entre el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente de la entidad internacional, Jim Yong-Kim, encuentro que se dará en algún momento del próximo fin de semana en Washington, cuando el titular del Palacio de Hacienda viaje a la capital norteamericana para participar de la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BM. Allí se encontrará con el director del Banco Mundial para la Argentina, Paraguay y Uruguay, Jesko Hentschel, con quien el gobierno tiene ya buena sintonía.
Si el encuentro es positivo, luego Hentschel elevará la aprobación hacia Kim, que después enviará al directorio del banco la petición para la aprobación final. Tanto en Washington como en Buenos Aires hay optimismo y, de no mediar imponderables (especialmente políticos), el dinero estaría habilitado para ir siendo girado al país en lo que resta de este 2015.
Obras, Central y elecciones
Para el gobierno, esos miles de millones de dólares son fundamentales. Si bien los préstamos son para obras y planes concretos con nombre y apellido y condiciones de liberación, se trata de dólares que directamente irán a fortalecer las reservas del Banco Central y que pueden ir siendo aplicados a medida de que los proyectos avanzan. Pero como todos son de gastos en pesos, por cuestiones contables de emisión sobre reservas el gobierno puede concretar su ejecución en moneda local. Además, entre el ingreso de las divisas y su gasto, hay meses clave que Economía puede aprovechar. De hecho, gran parte del dinero puede llegar antes de mitad de año y ser ejecutado luego de octubre.
En otras palabras, se llegaría a las elecciones presidenciales con ese dinero en las reservas, lo que espantaría aún más las posibilidades de corridas cambiarias que alteren la “pax” con el dólar con que el kirchnerismo parece que llegará al 25 de octubre. El dinero, además, se sumará a los miles de millones de dólares que llegarían por los nuevos tramos del swap –intercambio de monedas– con China y al préstamo puente comprometido con el Banco de Francia luego de las negociaciones cerradas el año pasado con el Club de París.
Obama abre el grifo
La clave de la llegada de los hasta 2.000 millones de dólares del Banco Mundial es el cambio de actitud del gobierno de Barack Obama con la Argentina. Los Estados Unidos votaron en contra de la aprobación de los créditos del BM al país desde mediados de 2011 en adelante, y hasta fines del año pasado no hubo ningún dólar que desde la entidad haya llegado a la Argentina.
Obama presionaba por los juicios de las empresas norteamericanas ante el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial, y por una resolución de la deuda que la Argentina mantenía ante el Club de París. Solucionados ambos escollos, Obama autorizó votar a favor, posición que luego siguieron Alemania, Francia e Italia. Aún mantienen su pulgar para abajo España, Gran Bretaña y Canadá; lo que de todas maneras, a esta altura, ya no traba la aprobación de los créditos internacionales.
Lo que ya llegó
Desde que Estados Unidos cambió de posición, ya se avalaron dos nuevas líneas para el país. La primera fue aprobada en diciembre del año pasado, con un desembolso de 250,5 millones de dólares, reembolsable en 32 años y 6 meses, con un período de gracia de 7 años y 6 meses, a destinarse para concretar el segundo proyecto de Mejoramiento de la Educación Rural. La segunda línea de préstamos se liberó la semana pasada, con unos 265 millones de dólares destinados a ampliar el acceso a energías renovables para poblaciones rurales aisladas, conservar bosques nativos y proteger áreas naturales vulnerables.
En total, hay créditos ya aplicados por unos 741 millones de dólares. A este dinero habría que sumar los más que necesarios (para el BCRA) 2.000 millones de dólares extra.