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Negocios criminales en pandemia: Interpol incautó 17 mil kits falsos de pruebas para covid-19

Se trata de un megaoperativo coordinado con autoridades de 77 países. Permitió detectar las nuevas modalidades de organizaciones ilegales en el marco de la crisis sanitaria global, que incluyen el tráfico de alimentos, animales y medicamentos adulterados

La organización policial internacional Interpol incautó unos 17 mil kits de pruebas diagnósticas para covid-19 falsos durante la última Operación Opson, que también desarticuló 19 grupos del crimen organizado y culminó con el arresto de 407 personas en todo el mundo. Además del tráfico ilegal de material médico, el mega operativo que involucró investigaciones en 77 países dio por resultado el secuestro de alimentos y bebidas potencialmente peligrosos por un valor superior a los 40 millones de dólares.

La llamada Operación Opson IX –continuidad de una saga que va por su novena edición– fue coordinada por Interpol y Europol. Al cabo de la misma se detectaron y decomisaron más de 12,000 toneladas de artículos ilegales y potencialmente dañinos que se ofrecían en tiendas y mercados, más otros hallados durante los controles de transporte.

Fuerzas policiales, aduanas, autoridades reguladoras de alimentos nacionales y socios del sector privado en 77 países participaron en la operación, que se desarrolló entre diciembre de 2019 y junio de 2020.

Entre los artículos descubiertos figuran productos lácteos contaminados con bacterias, carne de animales sacrificados ilegalmente y productos alimenticios etiquetados falsamente como curas medicinales.

Como parte de una nueva modalidad de grupos criminales en el marco de la pandemia global, el operativo identificó miles de productos médicos falsos. Entre ellos, desinfectantes y unos 17.000 kits de prueba de covid-19 falsos.

Interpol destacó que la operación demostró cómo las rutas de distribución global, tanto legales como ilegales, se modificaron por la pandemia. Las incautaciones de alimentos caducados o con fechas de vencimiento alteradas fueron significativamente más altas que durante las operaciones anteriores de Opson. La organización estima que es una prueba de cómo las organizaciones criminales capitalizan la interrupción de las cadenas de suministro de alimentos causadas por las medidas de prevención y bloqueos de fronteras de la mayoría de los países por la crisis sanitaria.

Alcohol y alimentos peligrosos, otra epidemia

En Bulgaria, una investigación realizada por la policía y la Agencia de Seguridad Alimentaria en un almacén no registrado descubrió queso que dio positivo para la bacteria E. coli. Se incautaron y destruyeron unas 3,6 toneladas de productos lácteos inseguros destinados a ser transformados en queso.

Durante los controles realizados en Jordania, las autoridades incautaron unos 2.000 litros de bebidas energéticas y 4.500 de refrescos vencidos, además de más de 7 toneladas de leche y queso podridos.

En Sudáfrica, se descubrieron bebidas ilícitas, mariscos y condimentos. «A medida que los países de todo el mundo continúan sus esfuerzos para contener el covid-19, las redes criminales que distribuyen estos productos potencialmente peligrosos muestran sólo su determinación de obtener ganancias», declaró el secretario general de Interpol, Jürgen Stock.

«La escala y variedad de alimentos y bebidas incautados durante esta operación sirve como un recordatorio para que los miembros del público estén atentos a lo que compran, y la necesidad de una vigilancia y acción continua por parte de la policía», agregó el funcionario.

Se descubrieron otros fraudes relacionados con la pandemia, incluido un envío de mariscos incautados en Sudáfrica y originarios de Asia que estaban declarados como equipo de protección personal.

Carne ilegal

Como en operaciones anteriores, el alcohol falsificado y adulterado continuó siendo una preocupación mundial. Se sacaron de circulación más 20 millones de dólares en bebidas alcohólicas ilícitas, incluidos 5.000 litros de vodka de contrabando en un remolque en Noruega.

Catherine De Bolle, directora ejecutiva de Europol, destacó que “en tiempos de crisis, los delincuentes siempre buscan nuevas formas de abusar de los consumidores y aumentar sus ganancias ilegales en detrimento de la seguridad pública. Los alimentos falsificados y de calidad inferior no solo son engañosos para los consumidores, sino que también pueden representar una amenaza importante para su salud».

«Nuestra Operación Opson anual muestra en su noveno año que la cooperación entre las autoridades policiales, las autoridades reguladoras y el sector privado es crucial para proteger tanto a los consumidores como a las empresas del daño que los delincuentes intentan poner en nuestros platos”, añadió la funcionaria.

Los productos animales fueron las principales incautaciones durante la operación Opson de este año. Una nueva tendencia descubierta en Europa fue la falsificación de los «pasaportes» de caballos: en un caso, eran transportados a Italia utilizando documentos falsos que afirmaban que iban a participar en competiciones deportivas, pero con destino a un matadero.

Además de la comida y bebida falsas, otros productos ilícitos recuperados incluyeron cosméticos, calzado, ropa, bolsos, repuestos de automóviles, productos electrónicos, tabaco y medicamentos, por un valor estimado de tres millones de dólares.

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