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Nena abusada en zona sudoeste: imputaron al sospechoso

Se trata de un hombre de 39 años que fue reconocido en rueda de presos por la víctima como el autor material de la violación, y de otro hombre que estaba en el vehículo cuando la nena fue trasladada.

Dos hombres fueron imputados ayer en una audiencia por el abuso del que fue víctima la semana pasada una nena de 14 años. Se trata de un hombre de 39 años que fue reconocido en rueda de presos por la víctima como el autor material de la violación, y de otro hombre que estaba en el vehículo cuando la nena fue trasladada. Al supuesto abusador el juez Luis María Caterina le dictó prisión preventiva sin plazo, mientras que al joven acusado de partícipe, una semana de detención.

Luis E. es locutor y el sábado fue detenido por el abuso de la nena. Luego de ser reconocido en rueda de personas, quedó imputado como el autor material del abuso. En la audiencia se negó a declarar y brindó su conformidad para que le extrajeran sangre y cotejen su ADN con el extraído de los restos biológicos del abusador.

El otro acusado fue Sebastián H., que quedó imputado por participación primaria necesaria en el hecho, ya que se lo acusa de estar en el auto en el que se trasladó a la víctima. El juez Caterina le dictó siete días de prisión preventiva hasta que se presente informe policial en relación con la investigación y su detención.

Hasta el momento sólo se lo vincula a la causa en la que fue víctima la menor, pero no se descarta que se lo someta a un reconocimiento por parte de víctimas de las más de una docena de hechos de abuso que se investigan con un patrón común.

Gisela B., madre de la niña abusada el martes pasado en zona sudoeste, dejó asentada su intención de presentarse como querellante en la causa a través de la defensa pública. Según el relato, en el momento en que desde el Duna uno de sus ocupantes le dijo a la víctima que debía requisar su mochila en busca de drogas, un patrullero pasó por la mano contraria de la avenida, momento en el que los ocupantes del Duna le hicieron seña para que se detuviera. El patrullero se detuvo y de él descendió un policía uniformado que cumplió con la orden de los ocupantes del Duna y le revisó la mochila que llevaba consigo, mientras le preguntaban si tenía “la droga”. Poco después, el móvil policial se retiró y la nena continuó la marcha hacia su hogar, hasta que el Duna la volvió a interceptar y uno de los dos ocupantes la obligó a subir al auto. “El relato de la joven señala indicios y evidencias claras de participación policial en los hechos”, sostiene la defensa pública en un comunicado, en el que añade: “Resulta llamativo que la ropa que tenía puesta la víctima, al igual que la mochila que llevaba, no hayan sido custodiadas y peritadas, y aún permanecen en poder de la familia sin que se hayan preservado como prueba. Lo mismo con el celular que llevaba la niña y con el que grabó a las personas que la secuestraron y la violaron: tampoco fue preservado para extraer pruebas dactiloscópicas de los agresores que lo habían manipulado para borrar imágenes que había grabado”. Y sostiene que la defensa pública pedirá el apartamiento de la Policía provincial de la pesquisa y también que se rastreen los GPS de los móviles afectados.

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