Las críticas contra el largometraje Guapis en Estados Unidos se trasladaron de las redes sociales a un tribunal de Texas que decidió incriminar a la plataforma de streaming Netflix acusándola de haber producido un film obsceno.
Guapis, una producción francesa dirigida por la cineasta de ascendencia senegalesa Maïmouna Doucouré y cuyo título original es Mignonnes, debutó en Netflix el pasado 9 de septiembre. El film se centra en Amy, una chica de 11 años de origen senegalés y familia musulmana que se une a un grupo de bailarinas de la escuela, en un viaje de autodescubrimiento de su feminidad y cuestionamiento de los valores familiares y religiosos.
Según Netflix, la película es una denuncia contra la sexualización de las adolescentes, pero en Estados Unidos atrajo una serie de polémicas y terminó acusada, paradójicamente, por los contenidos que quería denunciar.
El público norteamericano calificó de indecentes las coreografías más osadas, y la representación de los personajes en otros contextos de trasfondo sexual, invitando a boicotear Netflix tanto con los hashtag #NetflixPedofilia #CancelNetflix como con una petición creada en la plataforma Change.org que de inmediato sumó cientos de miles de firmas.
De la protesta en las redes sociales se pasó a los hechos, con una acción legal, hasta la actual incriminación. «Netflix (se lee en las motivaciones de la acusación) conscientemente promueve material visual que describe la exposición obscena de los genitales o partes públicas de un menor vestido o parcialmente vestido… No tiene ningún valor serio literario, artístico, político o científico».
A la cruzada contra Netflix por una película que en 2019 obtuvo el premio a la mejor dirección en el Sundance Film Festival, también se había lanzado el senador republicano y excandidato a la presidencia Ted Cruz.
De todos modos, la más poderosa de las plataformas de contenidos streaming no dio marcha atrás y defiende su película, afirmando que la acusación no tiene ningún fundamento. También defendió su película la realizadora Doucouré que en un escrito para el diario Washington Post apuntó: «Como adultos no dimos a nuestros hijos los instrumentos para crecer sanos en la sociedad. Quería abrir los ojos de las personas sobre lo que realmente ocurre en las escuelas y las redes sociales, obligándolas a enfrentarse a la imagen de jovencitas maquilladas, vestidas y que bailan de modo provocativo para imitar a sus íconos pop preferidas».
«Quería que los adultos se comprometieran 96 minutos de su tiempo para mirar el mundo a través de los ojos de una niña de 11 años. Estas escenas son duras de mirar pero corresponden a la verdad», agregó la directora en su nota de opinión.
#NetflixPedofilia, tendencia en Twitter a partir de una campaña en contra de la película «Guapis»