Con el concepto Hecho en Argentina que aporta su propio contenido, la plataforma Netflix sigue apostando a la producción nacional y de este modo se reposisionan películas que ya llevan algún tiempo de estrenadas. Tal es el caso de un drama protagonizado por el talentoso Juan Minujín que ha cosechado una buena cantidad de reproducciones y reaparece entre las producciones más elegidas en el país y la región.
Se trata de El Suplente, un drama que se adentra en la compleja realidad de la educación pública en un barrio marginal de Buenos Aires. Dirigida por Diego Lerman, esta producción presenta un retrato crudo y realista de los desafíos que enfrentan tanto los docentes como los estudiantes en un sistema educativo desigual.
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La trama del film se centra en Lucio (Minujín), un profesor universitario que, por circunstancias inesperadas, se ve obligado a aceptar un puesto como suplente en una escuela secundaria de un barrio de bajos recursos. Al llegar a esta nueva realidad, Lucio se encuentra con una clase desafiante y un entorno escolar lleno de carencias. Y a medida que intenta conectar con sus alumnos y mejorar sus condiciones de aprendizaje, se enfrenta a una serie de obstáculos que ponen a prueba su paciencia y sus ideales.
El camaleónico Juan Minujín interpreta a Lucio, el profesor protagonista que busca hacer una diferencia en la vida de sus alumnos. A su tiempo, Bárbara Lennie encarna a Mariela, una joven maestra que trabaja en la misma escuela y que se convierte en una aliada de Lucio. Alfredo Castro da vida a El Chileno, un personaje enigmático que representa las dificultades que enfrenta la comunidad. Rita Cortese es Amalia, la abuela de uno de los alumnos, quien tiene un papel fundamental en la historia, mientras que María Merlino es Clara, la mujer del profesor, y Renata Lerman, hija del director, encarna a la pequeña hija de la pareja, personaje por el que la joven actriz recibió importantes premios.
Entre muchas otras cosas, El Suplente se compromete y encuentra sentido a partir de una serie de metáforas que se cimientan en la necesidad de sostener la educación pública contra viento y marea, que todos los niños y jóvenes, frente a sectores que motorizan la meritocracia (que sin oportunidades es la mayor de las mentiras), tengan acceso a bienes culturales de calidad, porque ése es el único cambio posible, y en ese sentido la película hace una tarea magistral y se vuelve de visión imprescindible.
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