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Newell´s: Los muchachos del Piojo Yudica

Por Daniel Domínguez. De la mano de jugadores como Martino, Rossi o Alfaro, los rojinegros hicieron historia.

Un 21 de mayo, pero de 1988 Newell’s conquistaba su segundo título en primera división, con un sabor especial: por primera y única vez en la historia del fútbol argentino todo el plantel y cuerpo técnico eran nacidos en el club. Para esa temporada, los dirigentes rojinegros habían contratado como entrenador a José Yudica -ya había dirigido entre 1976 y 1978- y se reincorporaron tres futbolistas surgidos de las divisiones inferiores leprosas: Roque Alfaro, Víctor Ramos y Sergio Almirón

Newell’s llegaba a la fecha 36 como líder con 50 puntos, seguido por San Lorenzo con 47, que enfrentaba a River en cancha de Huracán. Las cuentas eran claras, sin contar esa fecha todavía quedaban dos partidos más para finalizar el campeonato y si Newell’s ganaba y San Lorenzo perdía, los rojinegros  daban la vuelta olímpica.

Entonces, esa tarde del 21 de mayo el Parque presentaba clima de fiesta. Y todo arrancó bien. A los 7 minutos explotó el estadio, River le ganaba a San Lorenzo por 1 a 0, pero Newell’s todavía empataba con Independiente. Hubo que esperar hasta los 24 minutos, cuando Luis Islas derribó a Abel Balbo en el área, el árbitro Francisco Lamolina sancionó penal y expulsó al uno del Rojo. Al arco fue el por entonces juvenil Gustavo Irusta y Juan José Rossi le dio la bienvenida conquistando el 1  a 0 para delirio del pueblo leproso que ya se sentía campeón. Más, cuando a los 37 minutos el propio Yaya clavó el 2 a 0.

Hasta ahí todo era festejo y no fue para menos cuando Roque Raúl Alfaro puso el 3 a 0, Newell’s ganaba y San Lorenzo perdía, pero el Ciclón no daba el brazo a  torcer y empató sobre el final de la primera mitad ante los Millonarios.

El complemento en ambos partidos arrancó a la par. De arranque, otra vez Alfaro puso el 4 a 0 para dar rienda suelta a una fiesta que no se detuvo más.

River terminó ganándole a San Lorenzo por 3 a 2, Newell’s marcó un par de goles más y ya nadie aguantó un segundo, por lo que hubo invasión de cancha para festejar este título, el título que mereció Newell’s y quedó en la historia grande del fútbol argentino.

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