Por José Odisio
Fotos: Juan José García
El Newell’s de Fabbiani no se detiene. La racha de partidos sin perder se prolongó en Victoria y la chance de clasificar a octavos aparece como real, aunque parezca mentira. Con goles de Cuesta y Herrera, un Banega iluminado y Navas invulnerable, la Lepra ganó 2 a 0 y quedó a tres puntos del octavo lugar. Lo que sonaba a imposible, ya no lo es.
En el inicio del partido, con una intensa lluvia, Newell’s se plantó firme y se adueñó de la pelota, con rápida recuperación a partir de una presión alta. Pero la chance más clara la tuvo Tigre, con una volea de Laso tras un córner que pegó en la parte externa de la red.
Y la Lepra tuvo enseguida su oportunidad y no la desperdició. Primer tiro de esquina, centro al primer palo de Banega y un cabezazo de Cuesta en lo alto que perforó la red. Gol de Newell’s para adelantarse a los 12 minutos.
Con cancha mojada, el partido se hizo rápido y Tigre tuvo otra chance. Tras un despeje corto de cabeza de Salcedo, Cabrera remató con potencia y respondió Keylor Navas.
Newell’s retrocedió demasiado y Tigre tuvo varias chances para igualar. Primero no pudo cabecear Banegas en el área chica y atajó Navas. Y a los 32 minutos el mismo atacante remató con potencia y Keylor tuvo una tapada magnífica, en el rebote el tiro de Saralegui dio en Jacob.
Hubo una más. Otro centro de Armoa encontró a Cabrera cabeceando a la carrera y a quemarropa, y Navas manoteó a puro reflejo para evitar el empate.
El segundo tiempo no cambió mucho. Tigre arrinconó a la Lepra, que se paró muy cerca de su propia área. Y en otra acción con muchos pases y algún rebote, otra vez apareció Banegas y su remate exigió otra atajada de Navas.
Y a los 10 minutos el arquero costarricense tuvo otra intervención más. Un tiro libre frontal de Cabrera con viento a favor exigió una volada con manos firmes de Navas para impedir el gol.
Newell’s tuvo un rato la pelota y casi anota el segundo. Primero desbordó Montero y su centro no pudo conectarlo González. Y en la continuidad de la jugada, Ever hizo magia para desairar a Ortega y sacó un centro de zurda para Cocoliso, quien falló con todo el arco a disposición.
Y ese impulso dió sus frutos. Banega manejó una contra con inteligencia y habilitó a Martino para que el lateral saque un centro complicado. Y el rebote le quedó a Herrera y no perdonó: 2 a 0, festejo y alivio.
Con la ventaja, Banega comenzó a manejar los tiempos y Herrera tuvo el tercero. González habilitó al carrilero, quien demoró en rematar y cuando lo hizo la pelota dio en un defensor en el camino a la red.
Pudo coronar la victoria con un tercer gol, pero Maroni pecó de egoísta tras robar un balón y cuando tenía a Cardozo para definir, optó por rematar sin ángulo y desviado.
No importó. El triunfo se festeja más que nunca, la racha sin perder se prolonga y las chances de clasificar, que hace unas semanas era impensada, ahora es posible. Créase o no.