Primer test: negativo. Newell’s tuvo un paso en falso en el inicio de la Copa de la Liga Argentina. La efectividad de Talleres y un polémico penal no cobrado al inicio del partido fueron argumentos suficientes para una caída dolorosa de la Lepra ante Talleres por 3 a 1.
Si Newell’s hubiera jugado en Europa y no en Córdoba, el resultado tal vez hubiera sido distinto. No porque el clima de la Sierras le cayera mal, ni tampoco porque su nivel de juego se pueda comparar con elencos del Viejo Continente. La diferencia es el VAR, un sistema arbitral que aplica la tecnología para definir situaciones conflictivas, en especial posiciones adelantadas y penales. Y si bien la sensación del futbolero es que el sistema le saca algo de emotividad al juego, es innegable que entrega mucha más justicia.
A los 15 minutos, tras uno de los tantos córners que tuvo la Lepra, Díaz tomó de la camiseta a Scocco en el área, una infracción muy clara que Darío Herrera no vio. Era penal, sin discusión. Pero el árbitro tampoco tuvo ayuda de sus asistentes y no pasó nada. Con el VAR hubiera sido penal. Y tal vez gol de Newell’s. Y el partido hubiera sido otro.
Esa jugada desestabilizó emocionalmente a Newell’s. Lo puso en estado de enojo. Y para peor, al equipo le costó sacarse la modorra de los botines. Porque si bien la actitud de la Lepra fue ir para adelante, con la subida permanente de los laterales, ninguno de los jugadores que debían darle claridad al juego encontraban fineza en sus pases. Tal vez por eso la única jugada de riesgo para Newell’s en la primera parte fue cuando Maxi, en su posición de enganche, dejó a Scocco de cara a Caranta. Pero el remata de Nacho a colocar encontró bien parado al arquero.
Talleres sólo inquietaba cuando el colombiano Valoyes salía a correr con una velocidad ajena a un parate de 8 meses. Por suerte para Newell’s, el juvenil atacante estuvo pleno para correr, pero errático para dar pases.
El segundo tiempo mantuvo el libreto. Newell’s buscando ser protagonista y Talleres intentado de contra. Y en una de esas jugadas del local con desbordes por afuera, encontró el gol. Un centro de Méndez a media altura no encontró cabeceadores y Tenaglia, por sorpresa, le dio como pudo y vulneró a Aguerre.
Golpeado, Newell’s salió a buscar el empate. Y enseguida lo tuvo en la cabeza de Scocco, tras un buen centro de Gabrielli, pero Nacho venía en una noche pifiada y falló. Y los generadores nunca arrancaron, ni Pablo Pérez, ni Maxi.
La noche se puso más oscura para Newell’s. A los 18 minutos Valoyes encontró mal parada a la defensa leprosa y Fontanini lo cruzó cuando intentaba meterse en diagonal al área. Y Herrera entendió que era roja. Uno abajo, un jugador menos, panorama sombrío.
Los nervios se crisparon aún más. Y la imagen del penal no cobrado en el primer tiempo empezó a ser una película repetida en la cabeza de los jugadores leprosos.
Kudelka metió cambios. Los pibes Castro y González, con Maxi afuera, sintiendo el parate más que otros. Y la movida resultó. Panchito metió un centro preciso y Scocco anticipó en el primer palo para poner el 1-1.
Pero cuando el partido no tenía buena pinta para la Lepra, y sin que se pudiera acomodar, Pochettino recibió en soledad en la posición donde debía estar Fontanini, y sacó un derechazo inatajable para que la alegría leprosa durara un minuto. Y para peor, al ratito Valoyes anticipó de cabeza, para que los hinchas se acordaran de Lema y el partido se pusiera inalcanzable. Y el inicio dejara muchas dudas y bronca.
