Un día podía pasar. No siempre Newell’s iba a encontrar a los planetas alineados y a sus estrellas encendidas. Ayer no hubo fortuna, faltó efectividad y las figuras fallaron. Y entonces la derrota no suena ilógica, porque al fin y al cabo Banfield se disfrazó del Newell’s de las primeras fechas y se quedó con un triunfo inmerecido desde el juego, pero justo por haber aprovechado sus momentos.
No pudo quedarse con la punta Newell’s. Y tal vez esa tentación lo hizo fallar. Porque en la primera parte maniató a Banfield, le ganó los duelos individuales y mereció ponerse en ventaja. Y entonces Osella se entusiasmó, tiró al diablo el orden y el cuidado pregonado tantas veces y fue al golpe por golpe, a ganar o morir.
Difícil explicar porqué no entró la mediavuelta de Scocco que reventó el palo. O un cabezazo del propio Nacho que fue justo donde estaba Navarro.
Más difícil de explicar la decisión de Osella de mandar a la cancha a Matos tan temprano, cuando en realidad el delantero está para jugar unos pocos minutos. El DT movió una pieza y Newell’s fue otro, desordenado, sin peso arriba y expuesto al cachetazo.
Entendió Osella que había que animarse, y eso puede ser irreprochable. Pero la elección de las piezas para el intento fue equivocada.
Sills se perdió cuando se quedó sin Prediger y Erviti comenzó a pensar y jugar. Y la espalda de Advíncula fue el lugar elegido para lastimar. Y el Taladro no falló.
Dos veces Bertolo apareció como nueve para tirar por la borda un buen partido de Formiliano. Y para dejar a Newell’s con las manos vacías y masticando bronca.
Esta vez no hubo aparición de Maxi en el epílogo. Nacho tuvo la pólvora mojada y Formica no pudo aportar un toque de magia. Tampoco estuvo Moiraghi para sacar el peligro ni Pocrnjic metió una atajada milagrosa. Y la fortuna, esa que tantas veces acompañó en este torneo, se tomó descanso.
Y fue derrota. Para entender que el camino no es tan sencillo como muchas veces se avizora. Y para quedarse masticando bronca por no alcanzar la cima del torneo que estaba ahí, a un zarpazo que esta vez no apareció.
Osella, control y desgaste
Pasó la primera derrota de Newell’s como local en el campeonato. Y lejos de dramatizar, Diego Osella ensayó un análisis preciso de lo que aconteció durante los noventa minutos en el partido contra Banfield.
“En el primer tiempo tuvimos el control, pero en el segundo acusamos el desgaste y cuando vi que el cotejo estaba planchado, determiné poner una referencia (de área) y nos sorprendieron con la jugada que nos podían hacer”, lamentó. “Más allá de las chances del final, no pudimos empatar y fuimos muy desprolijos”, reconoció Osella en conferencia.
También el DT fundamentó el ingreso de Mauro Matos por Sebastián Prediger. “Nosotros más de una vez, hemos ido a buscar el partido y cambiamos por el golpe por golpe. Yo entendía que teníamos que ir a buscar. Son situaciones del juego”, manifestó.
Banfield lo terminó ganando de contragolpe. “El primer gol llega de un pelotazo. Ellos lo pivotearon y nos metieron el gol. En definitiva Banfield pateó dos veces al arco y terminó ganando”, consideró.
Según Osella, “no quiso entrar el balón sin hacer nada descollante. Hicimos un buen primer tiempo, el plantel tiene que estar tranquilo porque lo fuimos a buscar hasta el último minuto”. Y por último le quitó dramatismo a la derrota en el Coloso. “Desde que estamos en Newell’s, fue el segundo partido que perdemos de local. Es una lástima la derrota pero todavía quedan dos partidos antes de finalizar el año”.
Uno X uno
L. Pocrnjic (5). Poco que hacer en los dos goles. De arriba había respondido.
L. Advíncula (5). Fue opción en ataque constante, pero cuando el equipo se expuso en defensa liberó a Bertolo y Newell’s lo pagó caro.
F. Escobar (5,5). Muy firme en la marca de Silva. La velocidad le permitió compensar la diferencia de contextura física.
F. Formiliano (5). Se acomodó bien como segundo zaguero, pero perdió a Bertolo en ambos goles.
N. Paz (5). Se plantó bien ante Sperduti y sólo una vez el delantero lo pudo superar. En ofensiva pasó solo una vez con criterio.
S. Prediger (5,5). En la primera media hora se movió con criterio y le ganó el duelo del medio a Banfield, pero se cansó y Osella se la jugó al reemplazarlo por Matos.
J. Sills (4). Cumplió en la marca y mientras jugó con Prediger lo anuló a Erviti. Cuando quedó como único cinco se le complicó, falló en la marca del segundo gol y se fue expulsado.
J. Amoroso (5). Corrió más que nunca, pero fue tan improductivo como siempre. No resiste mucho más como titular.
M. Formica (6). Muy activo. Intentó jugar siempre, pero le faltó compañía. Cuando pasó de doble cinco mantuvo el despliegue.
M. Rodríguez (4,5). No entró en juego. Perdió más de lo que ganó y no tuvo ninguna chance de gol, algo no habitual en la Fiera.
I. Scocco (4). Tuvo varias chances claras y esta vez falló. Y la Lepra sufrió su falta de puntería.
M. Matos (4). Nada. No está para jugar. Falto de fútbol y físico. Error de Osella ponerlo tanto tiempo. Falló un mano a mano en el final.
V. Figueroa (-). No pudo darle juego al equipo porque cuando ingresó la Lepra estaba desordenada.
E. Isnaldo (-). Pocos minutos para imponer su velocidad.
Renovación demorada
La renovación del contrato de Diego Osella sigue postergada, pero desde la dirigencia de Newell’s confían que la próxima semana podría concretarse. Con todo acordado, sólo restan detalles mínimos y que el DT estampe la firma por un año más, algo que la dirigencia pensaba cerrar el pasado viernes, pero las nuevas amenazas contra el vice Cristian D’Amico obligaron a una nueva postergación.
Osella ya declaró públicamente su intención de renovar, descartó una oferta del fútbol árabe e incluso ya programó la pretemporada. Y a pesar de que existe una deuda de varios meses de sueldo, esta situación no impedirá que prolongue el vínculo en el Parque.
Con Mateo y Moiraghi
La expulsión de Juan Sills obligará a Diego Osella a meter un cambio para el partido del sábado a las 17 contra Talleres. Y allí aparece la opción de que reaparezca Diego Mateo, que ayer fue al banco. Además, Néstor Moiraghi volverá en lugar de Franco Escobar.