Si se trata de desperdiciar oportunidades, Newell’s puede dar cátedra. Desde las chances que le dio el campeonato (y que desperdició todas) hasta las ocasiones de gol con las que cuenta en cada partido. La Lepra, al menos en este torneo, no ha sabido aprovechar los momentos favorables.
Ayer volvió a dejar pasar una posibilidad más, en este caso la de recuperar la punta, al empatar 1-1 frente a Arsenal en el Marcelo Bielsa. Y aunque quedó a un punto del Ciclón, la sensación es que el título está mucho más lejos de lo que dicen las matemáticas.
Es cierto que el equipo no traiciona su ideología y busca hasta el final. Pero entre los goles que erró y los que atajó Cristian Campestrini, el cansancio que evidenció y las facilidades con las que le convierten en pelota parada, el bicampeonato parece escurrirse entre las manos.
Con la inclusión de Hernán Villalba recuperó claridad en la circulación y Lucas Bernardi contó con un buen respaldo para compartir el manejo. Pero hasta que Newell’s no entendió que la clave estaba en el juego periférico, no abrió el partido. Pase del capitán para Marcos Cáceres, que puso la zurda (le pegó con la canilla) para descolocar a Campestrini.
Arsenal encontró en la pelota parada, quizás su mayor virtud, el empate gracias a Mariano Echeverría. Y después especuló con la impotencia leprosa.
Newell’s tuvo una buena cantidad de situaciones, pero otra vez no la embocó. Contó con mayor empuje con los ingresos de Rinaldo Cruzado y Juan Ignacio Vieyra, pero no alcanzó.