“Estamos trabajando con hermetismo en un 9”, dijo hace un par de días el vicepresidente Cristian D’Amico. El primero que salió a la luz fue Lucas Barrios, pero rápidamente fue descartado. Lo cierto es que el nueve que pretende la dirigencia leprosa está guardado bajo siete llaves. Lo único que se conoce es que pertenece a un equipo de la Superliga y que la idea es que se pueda cerrar su contratación antes del inicio de la pretemporada pactada para el próximo 3 de enero.
Las flojitas actuaciones de Lucas Albertengo y Rodrigo Salinas, que además debe una fecha de suspensión, hicieron que Frank Kudelka solicite un delantero de área. La prioridad pasa por asegurarse un refuerzo en ese puesto y luego pensar en los otros. ¿Cuáles son? Un extremo, que puede ser por derecha o izquierda y un carrilero en caso de que la operación no tenga que invertir mucho dinero.
La realidad también marca que Newell’s deberá vender primero para traer después. Las arcas rojinegras no están en este momento para despilfarrar dinero y lo importante es que la dirigencia es consciente de ese tema. Por eso en estos días todo es incertidumbre en cuanto a nombres. Lo único claro de esta situación es que el 9 pasó a ser una verdadera obsesión.