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Newell’s en su peor momento

Por Gabriel Pennise.- Si bien la violencia le ganó al juego, y fue tema prioritario desde el último sábado y lo seguirá siendo. La madre de los problemas, la base, el inicio, está en la cancha y lo poco que produce Newell's.

Si bien la violencia le ganó al juego, y fue tema prioritario desde el último sábado y lo seguirá siendo. La madre de los problemas, la base, el inicio, está en la cancha y lo poco que produce Newell’s. Con un plantel mal armado, responsabilidad principal de Gustavo Dezotti (en su función de manager) y de Javier Torrente, técnico  que eligió o aceptó los potenciales refuerzos. Hoy, con Diego Cagna en su lugar, Newell’s consiguió tres empates en serie mientras observa como se debilita su promedio pensando en un futuro inmediato.

En lo futbolístico el técnico agudiza el ingenio y descubre en los pibes Muñoz y Urruti alternativas potables para atacar. Pero son tan graves las falencias del plantel que Ferracuti resulta irreemplazable desde la pobreza con que cuenta Cagna. Para colmo el momento hace que los que no pueden fallar, fallan. Pasan los días y Pellerano se lamenta por no cabecear la pelota en la jugada que derivó en el segundo gol de Olimpo, le tuvo miedo al gol en contra, Peratta quedó petrificado en el primer palo, la pelota le pasó a un metro, y Machuca (de mínimos recursos) vio como Lucero se metió al arco con pelota y todo. Que falle Machuca está dentro de los previsible, pero Pellerano y Peratta no.

En el medio Mateo es incansable a la hora de marcar, solidario, generoso y guapo, pero con la pelota no aporta nada. Y hoy día un volante central debe tener matices como para asegurar, al menos, la tenencia de la pelota. Bernardi, entonces, intenta hacer jugar y termina metiéndose en un brete, Un jugador que no debería admitir críticas por su juego, le sobra jerarquía para disfrutar de una carrera como un muy buen volante central, pero la necesidad lo lleva a jugar casi de enganche y esto no debiera ocurrrir.

Figueroa, Aquino, Valencia y Noir, componen la apuesta ofensiva por la que se jugaron la dupla Torrente-Dezotti, en el momento de armar el plantel actual. Solo el primero, que pena por haber jugado un año y medio en Arabia, y su ritmo de juego es de liga comercial, y por lo que hizo alguna vez en Chacarita o Godoy Cruz, aparece como recuperable. Del resto es difícil esperar algo interensante. Y así la cosa es por demás complicada, al punto que no perder ante rivales directos, empieza a ser importante.

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