Ganar siempre es bueno, mucho más a una semana del reinicio del torneo frente a un rival incómodo para cualquiera como es el Vélez diseñado por el Gringo Heinze. Newell’s cerró la pretemporada con una victoria que anima. En medio de tantas pálidas por los refuerzos que no llegan o que se caen, el triunfo es una palmadita en el hombro para el hincha, un toque de fe. Y llena de esperanza al simpatizante rojinegro que espera impaciente el regreso de la Superliga, que será en una semana nada menos que contra Boca en el Coloso.
El análisis del equipo a una semana de enfrentar al Xeneize de Gustavo Alfaro es sencillo. Aguerre está impasable, el equipo pide a gritos un cinco, cuando se juntan Formica, Figueroa y Maxi hay juego y los rivales la pueden pasar mal, y los nueves no lastiman.
Bidoglio sabe que la construcción del equipo pasa por lo que produzcan en ofensiva Maxi y el Gato, y encontró en el Negro Figueroa un tercer socio muy interesante. Pero le falta un goleador, alguien que aproveche que la pelota viene prolija y al pie. Fydriszewski desarma cualquier ataque peligroso. Y Leal sigue en otra sintonía, aunque al menos se acopla mejor que el Polaco a la hora de pivotear.
El equipo intenta jugar, darle valor a la pelota, y también tiene intensidad física. Muchos imaginaban que el Vélez de Heinze podía pasar por arriba a Newell’s desde lo físico. No fue así. Lejos estuvo esa situación en la tarde de ayer. Sólo hubo algunas alarmas cuando el Monito Vargas, habilidoso y con una gambeta indescifrable, encontró espacio en la espalda de Gabrielli, pero ahí apareció Aguerre. Inmenso, impasable, un arquero ganador de partidos.
Falta el cinco. Rivero está incómodo como volante central. Le cuesta marcar y se pone desprolijo con la pelota. Alzugaray ayudó un poco, interesante con la pelota al pie, flojo en el recupero.
Los refuerzos no llegan, pero es otro Newell’s. Bidoglio cambió algo, y se nota. Maxi genera optimismo y Formica puede ser la pieza clave para ser un equipo peligroso en ofensiva. Todavía es temprano para relajarse y pensar que está todo solucionado. Newell’s está lejos de cualquier alivio. Pero ganar siempre es bueno para el ánimo. Mucho más si se logra con recursos genuinos.