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Newell’s: Gerardo Martino ya planifica el 2013

El Tata fijó objetivos: sacar más de 30 puntos en el torneo local y llegar a las finales de la Libertadores y la Copa Argentina.

Gerardo Martino ya tiene claro cuáles serán los objetivos de Newell’s para el próximo semestre. “Sumar más de 30 puntos en el torneo local y llegar hasta el final en los otros dos (Copa Libertadores y Copa Argentina)”, dijo ayer. También habló del próximo plantel, de la importancia del bienestar de los jugadores que están hoy, de la disposición que han mostrado ex futbolistas del club y de la promoción de juveniles.

—¿Vas a estar en el sorteo de la Copa?

—No creo que sea indispensable.  El club debe tener presencia dirigencial y nosotros estar atentos para empezar a trabajar inmediatamente conozcamos los rivales del grupo. Pero hay otras cuestiones que debemos resolver antes de programar el año que viene. Hay que pensar en los chicos que han hecho un sacrificio muy grande durante este año y ver si el club puede vender algún jugador para cumplir con algunos compromisos con este plantel. Habiendo terminado el año, lo normal sería preocuparnos por el bienestar de los que están adentro y van a seguir estando. Después se verá el plantel del torneo próximo.

—En las últimas horas Pablo Guiñazú insinuó que está todo dado para su regreso…

—Como hombre de Newell’s me da placer lo de Damián Manso, lo de Guiñazú, lo de Mauro Formica. Todos los hinchas deberían sentirse halagados de que pasen estas cosas. Primero se agradece la disposición y después se analiza cada caso. El Cholo es un jugador de selección y en condiciones normales integrará la selección en el próximo Mundial. No es un dato menor. Hay situaciones que hay que contemplar y se tienen que dar algunas cuestiones. Hay que manejarlo con cautela. Tengo con él una relación que excede la de un técnico a un jugador. Me dio mucho placer entrenarlo durante un año en Libertad. Pero yo no puedo hablar con ningún jugador de esta categoría y no pensar en los que están acá, en los que jugaron todo el año, en los que deberían cobrar. El primer esfuerzo hay que hacerlo con ellos.

—¿Te cambia en algo que puedas incorporar tres jugadores?

—En realidad, no estoy demasiado seguro que usemos la cantidad de cupos que se nos permite. Hay que ver quiénes se van. Hay lugares en los que tenemos reemplazantes y otros en los que no. Si fuera en condiciones normales, me atrevería a decir que no ocuparíamos las tres plazas. Además hay chicos que vienen rindiendo muy bien en reserva y que seguramente tendrán un lugar mucho más preponderante dentro de lo que es el primer equipo y las variantes que se presentan al jugar tres torneos en un semestre.

—Se viene un semestre con presencia de juveniles, entonces…

—Hay chicos que creo que están preparados y que van a tener su oportunidad. Acá intentamos no hacer nada forzado. No por pensar que hay que poner chicos de inferiores hay que ponerlos a todos y tampoco pensar que todo lo que se necesita hay que buscarlo afuera. Lo ideal es conseguir el equilibrio justo y dosificar la participación de los chicos que están preparados porque hay tres torneos y es una buena oportunidad para que ellos vayan haciendo sus primeras armas y vayan agarrando confianza.

—¿Tu primer año como técnico de Newell’s colmó tus expectativas?

—Hay mucho más de positivo que de negativo. Y en este último punto, lo principal pasa por haber dejado escapar este torneo. Es la sensación que tenemos todos. Y no está bien que dejemos ir un campeonato. Quizás haya que posicionarse en distintos lugares. Hoy podemos decir que dejamos escapar este segundo torneo, con el debido respeto a Vélez que lo ganó muy bien. Pero nosotros pudimos haberlo peleado hasta el final porque estuvimos en una mejor posición. Y lo otro sería retroceder a principio de año y ver cómo estábamos entonces, las dudas y las incógnitas. En junio mismo arrancamos en los promedios igual que Independiente y un punto debajo de San Lorenzo. Como tenemos ejemplos cercanos que vemos y no podemos dejar de sentir que nos podía estar pasando eso a nosotros, empezamos a ver la mitad del vaso lleno.

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