El Hincha

Copa de la Liga

Presencia de líder: Newell’s se plantó firme en Córdoba e igualó con Belgrano 1 a 1

La Lepra jugó con convicción e incluso levantó una desventaja tras el gol de Ulises Sánchez. Juan Sforza, la gran figura, estableció el empate y los cambios de Heinze fueron acertados


Buen punto, buena punta. Newell’s igualó 1-0 con Belgrano en Córdoba y se mantiene como líder de su grupo en la Copa de la Liga. Y no fue casualidad o buena fortuna, la Lepra fue a la Docta con intenciones de seguir en lo alto de la tabla y el resultado fue consecuencia de esa voluntad de ir a ganar. Lo perdía y se recuperó, para dejar en claro que su paso por este certamen no va a ser sólo con el objetivo de sacar un pasaje a la Sudamericana 2024.

Newell’s es un equipo serio. Ya no titubea cuando sale del Coloso. Sabe a qué juega, puede salir o no, pero no improvisa, no entra a la cancha a ver qué pasa. Por eso no sorprendió que plantara bandera en Córdoba y arrinconara a Belgrano en su propia cancha. Presión alta con los laterales colaborando, mucho sacrificio, con Recalde como primer defensor, la idea era buena. Recuperar la pelota y jugar. Una contra de Sordo que Méndez, de cara al arco, no pudo darle exactitud; un remate de Martino sobre el travesaño; y una triangulación de Recalde con Martino que concluyó con un remate de Balzi al palo fue una muestra de la primera media hora del partido.

El problema es que esa ineficacia tuvo su castigo. Y Belgrano con dos jugadas se puso al frente. Primero hubo un cabezazo de Rébola a la red anulado por un off side milimétrico. Y enseguida, Ortiz despejó corto, y Ulises Sánchez hizo lo que no pudieron los jugadores leprosos, conecto desde el ingreso al área y puso la pelota inalcanzable para Hoyos.

La terquedad de Aguirre fue otro problema. El delantero leproso tiene una gran capacidad para ganar en el mano a mano, pero a veces abusa de individualismo. Pasó con Lanús, se repitió con Belgrano. Y en el cierre del primer tiempo tuvo el empate, en una acción donde dejó atrás a Barinaga y Rébola, que se complicó solo, pero el atacante leproso optó por rematar al arco cuando Balzi la pedía a gritos de frente al arco y con Losada jugado a tapar a Aguirre.

La imagen leprosa era buena, mucho más si se la comparaba con otras visitas de este mismo equipo en el torneo pasado. Pero la falta de eficacia esta vez lo mandó al vestuario con el marcador desfavorable y sensación de injusticia.

No resignarse, no bajonearse, creérsela, esos fueron los argumentos anímicos que presentó Newell’s en la segunda parte. Yendo a buscar lo que merecía. Y por eso el empate no fue casualidad, ni una situación fortuita. Llegó de un córner, como muchas veces en este ciclo, pero para que Sforza, la gran figura, coronara su noche con el grito del empate, hubo decisiones acertadas dentro y fuera de la cancha.

Los cambios de Heinze tuvieron efecto directo e inmediato. Mansilla entró por el dubitativo Ortiz y se lució. Y Schor por Balzi fue una señal del Gringo. Mandó a Sordo como interno y dejó en cancha cuatro delanteros. Llegar a un varios córners fue consecuencia de eso; la ejecución de Sordo pasada para complicar a un Losada que ya había mostrado dudas al salir fue precisa; Y el esfuerzo de Schor por mandar la pelota adentro fue la clave para que Sforza anotara.

El final fue una pelea callejera. Los dos querían ganar y fueron al golpe y golpe con el riesgo de quedarse sin nada. Lo pudo ganar Newell’s; también lo pudo perder. Y al final el empate fue premio para un Newell’s que en Córdoba sacó chapa de candidato.

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