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A la deriva: Newell’s perdió y acentuó su crisis futbolística

El triunfo con Lanús lo sacó de terapia, pero sigue inestable, vulnerable, susceptible con los arbitrajes y futbolísticamente cuestionable. Así, cualquier empujoncito lo tumba.

No se recupera Newell’s. El triunfo con Lanús lo sacó de terapia, pero sigue inestable, vulnerable, susceptible con los arbitrajes y futbolísticamente cuestionable. Así, cualquier empujoncito lo tumba. A veces es el VAR con algún fallo erróneo; otras la poca resistencia de los arqueros o bien una expulsión tempranera y sin sentido, como sucedió con Godoy Cruz. Y la consecuencia está a la vista: peligra el ingreso a la Sudamericana.

Un remate con pinta de poco éxito abrió el partido. Mientras la tarde buscaba acomodarse en el Parque y algunos hinchas llegaban a las corridas por lo temprano del partido, Martín Ojeda puso a prueba la escasa resistencia de Lautaro Morales y desacomodó a la Lepra de arranque.

Foto: Juan José García

En un equipo tan vulnerable con el tema arquero, la precisión de Ojeda no impidió otorgarle culpabilidad a la tardía respuesta de Morales. Y el gol amagó con amargar la tarde. A veces el hincha desestabiliza con su ansiedad y en su afán de alentar aumenta los nervios de los futbolistas. Esta vez sucedió lo contrario; la gente entendió que debía ayudar. Y el Coloso comenzó a empujar al equipo, que se contagió rápido. Newell’s fue a buscar el empate con empuje y algunas pinceladas de fútbol de Pérez. Y el Tomba retrocedió.

A veces resulta, otras sólo sirve para el regocijo del hincha, que da por cumplida su parte. Esta vez la misión fue exitosa. Por eso cuando Pablo Pérez dibujó una pirueta desde la puerta del área y clavó la pelota en el ángulo, hubo éxtasis en el Coloso. En pocos minutos todo estaba como al inicio. A empezar de nuevo.

Con Juanchón arrastrándose y Garro a media máquina, la Lepra pasó a depender de la jerarquía de Pérez o alguna combinación por izquierda de Aguirre-Balzi. Pero otra vez de la nada, el partido se complicó.

Y de una pelota sin control en el medio, Balzi por ir con todo metió una plancha sin intención pero muy fácil de sancionar con roja para el VAR. Y fue expulsión, tras la revisión de Herrera por pedido de Mastrángelo. La pena es poco cuestionable, pero los fallos arbitrales perjudiciales para Newell’s enervaron al estadio, que no vio por TV la plancha de Balzi.

Sanguinetti optó por no modificar nada a pesar de la inferioridad numérica. Con un leve repliegue y algo de orden a Newell’s le alcanzó para exponer a un rival con pocas luces, que se tentó con patear de lejos para probar si Morales se había repuesto del gol inicial.

El Rojinegro se sintió demasiado cómodo cerca de su arco y esa no fue una buena señal. Godoy Cruz imaginaba que iba a tener chances, y la defensa leprosa, salvo Ditta, se mostraba inestable.

Y cuando el colombiano falló, fue gol. De un saque de arco, Funez no pudo aguantar, Ditta salió a cortar lejos y lo demás fue precisión del rival para poner a un hombre de cara al arco sin resistencia. Newell’s, aturdido, en seguida recibió el tercero con Larrosa empujando a la red sin marca. Pero apareció el VAR. Y cuando todo parecía perdido, anuló el gol por offside. Y el hincha decidió dar el último empujón de aliento.

Pero el físico ya no acompañaba, y salvo Portillo, los jugadores leprosos mostraban una incapacidad evidente. Y así llegó otra derrota, que empieza a poner en riesgo la clasificación a la Sudamericana, esa que hace poco estaba abrochada y ahora asoma cada vez más lejos.

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