A Newell’s le pusieron un freno. Con poco, Defensa y Justicia le ganó 1-0 en un partido donde el equipo de Heinze no mereció perder, aunque le costó demasiado generar situaciones claras para empatar tras el gol de tiro libre de Gutiérrez que fue suficiente para que el Halcón se quedara con la victoria.
Newell’s salió a jugar al Tomaghello y pareció verse al espejo. Enfrente, el rival se paró con el mismo esquema y la misma idea. Y enseguida quedó claro que encontrar espacios iba a depender de triangulaciones rápidas y precisas o de proyecciones defensivas que rompieran las marcas exclusivas sobre internos y extremos.
Con el calor agobiante y desgastante, regular piernas y oxígeno no pareció ser la idea inicial de la Lepra. Por eso dominó durante 25 minutos y tuvo algunas chances, la más clara un cabezazo de Velázquez que fue justo donde estaba parado Unsain.
Defensa se cuidaba y lastimaba poco. Newell’s intentaba, pero Reasco volvió a mostrarse livianito, Sordo andaba errático y Menéndez entró poco en jugo. Y ahí el local encontró una grieta en el espejo. Solari, un extremo, atacó hacia adentro y Mosquera lo siguió fuera de su territorio natural. Y el colombiano cometió una falta innecesaria de frente al arco. Una pincelada de Gutiérrez con tardía volada de Hoyos abrió el marcador. Injusto en ese momento, sin dudas.
A la Lepra el gol lo desacomodó. Y entre imprecisiones, Defensa, con poco, pudo ampliar con un remate de Uvita Fernández que encontró bien parado a Hoyos. Y el pitazo del entretiempo encontró a muchos futbolistas leprosos ahogados, sintiendo un esfuerzo físico que no le dio ningún rédito.
Los cambios de Heinze le dieron a la Lepra otra imagen. Cristian Ferreira intentó jugar más, Pablo Pérez se sumó a esa búsqueda y Recalde tuvo más peso ofensivo que Reasco. Newell’s apretó al rival, pero no tuvo claridad para poner a un jugador de cara al gol. Hubo un buen trabajo de Colombo, Cardona y Soto para cerrar los caminos, aunque los futbolistas leprosos muchas veces equivocaron el camino, como si el agobiante calor le hubiese nublado la vista.
La cercanía de Newell’s al arco de Unsain se reflejó en una decena de tiros de esquina, pero las ejecuciones fueron deficitarias y tampoco hubo posibilidad de igualar por esa vía.
Así, el equipo de Heinze se quedó sin invicto. Y la derrota obliga al entrenador a repasar la presencia de algunos futbolistas en el once titular. Mientras tanto, la derrota es un aviso, con correr no alcanza.
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