La definición del torneo tenía la expectativa alta. Vélez, golpeado por la caída en la final de la Copa Argentina, necesitaba ganarle a Huracán en Liniers, pero Talleres venía con envión positivo y si le ganaba a Newell’s iba a meter presión. Dos partidos en simultáneo, tres candidatos al título, y la Lepra como juez, intentando cerrar un año pésimo con una sonrisa.
Y el equipo de Soso estuvo a la altura del desafío. Tuvo un final digno, una muestra de carácter y profesionalismo importante, y derrotó a Talleres 3-1 para permitir que Vélez, que hizo lo suyo y le ganó 2-0 a Huracán, se coronara campeón.
Soso tuvo que improvisar un poco. La ausencia de Ever Banega, Armando Méndez y Tomás Pérez obligó al DT a mandar a la cancha al debutante Luca Regiardo. Y puso a Fernando Cardozo a su lado, tal vez para darle experiencia, aunque el paraguayo tuvo otro partido olvidable. En el primer tiempo el dibujo fue 4-4-1-1, con Schott como carrilero derecho.
Y casi anota en el inicio, justamente con Schott apareciendo en una segunda jugada de córner, pero respondió Herrera. Talleres fue un manojo de nervios. La ansiedad de la gente se trasladó a la cancha y el orden para marcar de la Lepra fue un problema sin solución. Y la única chance fue un error en la salida de Vangioni que permitió un remate potente de Esquivel y una atajada sobria de Reinatti.
La Lepra, más ordenado, tuvo otra chance con Schott, pero volvió a responder Herrera al atorar al lateral que apareció en posición de nueve. Y en medio de los nervios de Talleres, llegó el gol de Vélez. Aquino anotó y tras revisión del VAR, Tello convalidó. Y el partido se hizo más cuesta arriba para Talleres.
Por si fuera poco, a los 41 minutos llegó el segundo de Vélez por Damián Fernández, otro mazazo para los cordobeses, que no podían cumplir con su parte y recibían malas noticias desde Liniers.
En el inicio del segundo tiempo, Mariano Soso cambió nombres y esquema y esa movida fue decisiva para ganar el partido. Mandó a la cancha a Francisco González y Juan Ignacio Méndez por Miljevic y Cardozo y paró al equipo 5-2-2-1. Y Panchito pagó con gol y fue la figura del encuentro. Decisivo, como en sus mejores momentos.
A los 14 minutos, Reinatti sacó largo, Silvetti controló y pasó al vacío para González, y Panchito acribilló a Herrera con un zurdazo al ángulo para poner a la Lepra 1-0 arriba.
Talleres fue a busca el empate y a los 19, tras una serie de rebotes en la puerta del área, Botta habilitó a Palacios y el remate cruzado del atacante puso el 1-1.
Talleres salió desesperado y Newell’s aguantó bien. Y de contra puso el 2-1. Un gran desborde de Panchito González puso el centro a la cabeza del ingresado Juárez, que anotó con un testazo cruzado y provocó el delirio de los jugadores leprosos y el festejo en Liniers.
Y quedó tiempo para el tercero. Otro centro de Panchito González encontró a Juanchón García, que luego de tres intentos y atajadas de Herrera, mandó la pelota a la red para el 3-1.
La Lepra cerró así el año con una gran producción. Soso ganó crédito y algunos juveniles respondieron para que el DT pueda tener alternativas mientras busca refuerzos. Newell’s fue digno y ganó en Córdoba. Y Vélez se coronó campeón, para darle como yapa el pasaje a la Libertadores a Boca. Cierre ideal para la Lepra en un año espantoso. Cierre peerfecto para Chiqui Tapia que evitó así que Fassi y la idea de un club gerenciado campeón.