Ganó y no mucho más. Cumplió con la obligación que le presentaba enfrentar a un equipo de la B Metropolitana, pero estuvo lejos de jugar un buen partido. Newell’s derrotó 2-0 a Midland en un partido que abrió nuevos interrogantes sobre el presente del equipo de Larriera, que resolvió el pleito con dos goles de Esteban Fernández, el salvador inesperado.
Un desborde de Aguirre sin oposición y una mano que Lobo Medina sancionó como penal parecían ser el presagio de una tarde tranquila para Newell’s. A los 7 minutos la Lepra encontraba la llave para abrir el partido desde los doce pasos. Pero Banega le dio al medio y el arquero Leguiza sacó con el pie para evitar el 1-0.
Newell’s sintió el impacto de no anotar. Nunca buscó imponer la diferencia de categoría de sus futbolistas y las ganas de Midland emparejaron el partido. Tener la pelota no fue negocio para la Lepra. Banega no encontró socios, Fernández Cedrés estuvo muy impreciso, May perdió cada pelota que tocó, y el tándem Martino-Aguirre que en el inicio parecía ser imparable, se rompió cuando Larriera cambió de lado a Aguirre con Panchito González.
Por momentos Newell’s pareció sobrar el partido, como si supiera que de alguna manera al final podría imponer su condición de equipo de Primera. Y así el reloj se comió el primer tiempo, con una chance de Aguirre desde afuera que se fue cerca y no mucho más.
Por si fuera poca la ventaja de jerarquía, sobre el cierre de la primera parte Midland se quedó con diez hombres tras la expulsión Meza. Y la obligación se hizo más grande para la Lepra.
Con la presión de ganar como sea salió Newell’s a disputar el complemento. Y al final la victoria llegó por dos jugadores suplentes que le cambiaron la cara a un partido anodino. Larriera mandó a la cancha a Misael Jaime por el intrascendente Aguirre y un rato más tarde puso a Esteban Fernández por un reprochable May. Y los ingresantes le dieron la chispa necesaria para quedarse con la victoria.
La velocidad de Jaime fue un problema, y provocó un error en la salida rival. Ramírez desbordó y el centro atrás encontró la punta del botín de Esteban Fernández, quien anotó el 1-0 tranquilizador.
Newell’s parecía obstinado en sufrir. Y se cansó de desperdiciar chances de gol. Hasta que Banega puso a correr a Jaime, quien ganó en velocidad y puso un centro atrás a la cabeza de Fernández, que en la tarde soñada anotó un doblete impensado para un jugador que hasta ahora apenas sumó un puñado de minutos.
Y al final fue victoria, aunque sin estridencias. Con muchas dudas sobre la falta de fútbol del equipo, incluso con Banega en cancha. Tal vez lo positivo para Larriera pasó por saber que tiene dos alternativas más en un plantel que él mismo aseguró que está “mal armado” y le falta recambio. El Monito Jaime y Esteban Fernández aprovecharon su chance y Newell’s sigue en carrera en la Copa Argentina, un certamen que puso como prioridad aunque deberá mejorar mucho si quiere ser un candidato serio.