La victoria de Newell’s estuvo lejos de apoyarse en los refuerzos que llegaron en la pretemporada. Ninguno de los cuatro que ayer fueron titulares ante Quilmes estuvieron en una buena tarde y al final, el más destacado de la Lepra fue Nacho Scocco, quien anunció en los amistosos previos que venía derecho con la red rival y ayer lo pudo ratificar por los puntos.
De los que llegaron y ayer tuvieron su estreno el más destacado fue Facundo Quignón. El mediocampista demostró tener buen pie, pero le costó encontrar un socio a la hora de jugar. En el complemento se paró más adelante y presionó la salida del rival, provocando varias recuperaciones de pelota. No brilló, pero pinta bien.
Germán Voboril, en tanto, tuvo un partido regular. No cometió errores, aunque por su sector el rival atacó poco y hubiera sido una buena alternativa como salida, pero se nota que le cuesta en ofensiva.
Néstor Moiraghi fue el más flojo de los debutantes. Al defensor se lo notó falto de distancia, seguramente por la ausencia en los partidos de pretemporada a partir de la lesión muscular que sufrió. Tuvo una pifia que pudo costar un gol y se mostró lento. Con un delantero no tan rápido como García zafó. Pero debe levantar porque otro tipo de atacante lo puede complicar.
Por otra parte, Joel Amoroso fue otro que quedó en deuda. Nunca sacó diferencia con su velocidad, las pocas veces que ganó resolvió mal el centro y en el final se perdió un gol inexplicable tras correr cincuenta metros sin marca y quedar cara a cara con Rigamonti. La mayor inversión económica de Newell’s por ahora tiene rédito cero.
También ingresaron los otros tres refuerzos: Mauro Matos (tuvo un cabezazo y falló), Juan Sills y Sebastián Prediger, pero su presencia en cancha no fue de tantos minutos como para juzgarlos.
Lo que sí quedó claro es que Osella va a utilizar a todos los jugadores que pidió. Ayer ya dio una muestra. Por ahora el DT apuesta a los refuerzos y los experimentados; los juveniles deberán esperar.