La imagen que dejó Newell’s en su partido ante Tigre es de lo peor que se vio en los últimos tiempos, posiblemente porque el rival es de los más flojos del torneo. Y eso agrava aún más la situación. Para calificar con un palabra la postal rojinegra en Victoria, bien puede decirse que lució: gastado. A la falta de imaginación para atacar, más allá que Bieler sabe jugar de nueve y es una amenaza para las defensas rivales, ahora le agregó una asombrosa vulnerabilidad defensiva. El reaseguro que tenía un equipo que atacaba mal, era que defendía muy bien. Desde lo individual el único que mantiene el nivel es Peratta.
La falta de Mauro Formica y la ausencia de un reemplazante natural, al menos para Sensini, hizo que el técnico meta manos en el esquema. Ubicando a Bernardi como un cinco suelto, casi como un enganche. La conclusión es que con la variante a cuesta, juega mal Bernardi y también Mateo, se rompió una sociedad defensiva que rendía bien. Siguiendo con el medio, Estigarribia es el clásico tribunero, corre, le pega bien a la pelota, no protesta, parece solidario, pero produce poco. Es fácil pasarlo para cualquier rival, nunca patea al arco, y sus centros no tienen destinatario (y ahora está Bieler, de profesión nueve). Es decir, el medio sigue sin crear y ahora perdió solidez en la marca.
Sin embargo, y contra los pronósticos, lo peor se vio en el fono. Schiavi está en su peor momento, los partidos ante Estudiantes y Tigre, los jugó con el documento en el pecho. Se notó lento, fuera de distancia, y solo terminó ambos partidos porque los árbitros le dejan pasar cosas que a los más pibes no se lo permitirían. Un penal infantil ante el Pincha (sancionado), paralítica y codazo frente a Tigre, en dos acciones que merecieron la expulsión. Además, cerca suyo está Fuentes al que le cuesta horrores adaptarse a su retorno al fútbol argentino. Solo resuelve en el mano a mano, y cuando el delantero está atorado. Para colmo contra Tigre Vella, que venía prolijo, se equivocó mal y regaló el gol
Párrafo aparte para Cichero y Dolci, en realidad nunca debieron llegar a Newell’s. Llevan un tiempo y nada justifica la presencia de ambos en el plantel. Siendo generosos en los conceptos puede suponerse que la altura y la condición de zurda del defensor deberían ayudarlo. Pero sus errores tácticos miniminizan sus virtudes, convirtiéndolo en peligroso para sus compañeros, especialmente para Peratta, quien se lo hace notar con énfasis. Dolci llegó de Chacarita con la carátula de creativo, técnica tiene, es cierto. Pero, entra muy poco en juego y su pegada bien realizada carece de puntería. Sus centros no son precisos, y los goles están ausentes.
Un promedio saludable le da tranquilidad a Sensini para tomar decisiones, es difícil imaginar que en las inferiores haya pibes que puedan jugar peor que Dolci y Cichero. Y si lo hacen, podrán ir mejorando. Si Bernardi vuelve a jugar de Bernardi es factible que Schiavi y Mateo se recuperen. Y si Fuentes no supera los test de velocidad mínimos e indispensables (jugó su último partido el 14 de noviembre de 2010, y no hizo pretemporada) para una primera división, Lema y Fideleff también integran el plantel.
Huracán es el remedio que necesita cualquiera que anda mal, llegó el momento de pensar seriamente qué busca Newell’s en el Clausura.