Cuando se piensa más en defender que en salir a ganar, es posible que el resultado final sea una derrota. Mucho más si el rival es Boca, un equipo con individualidades que pueden definir un partido de la nada. Y eso sucedió, Kudelka no tuvo ambición y el Xeneize se lo hizo pagar. Y el inicio con dos derrotas, con planteos tácticos y decisiones cuestionables del DT, lo ponen en el centro de las críticas.
Salió Nadalín, ingresó el pibe Llano, pero el sector derecho de la defensa leprosa mantuvo el cartel de vía libre. Boca salió a jugar conociendo la oferta y cada ataque siempre tuvo como prioridad buscar a Villa, que con su velocidad presagió una noche difícil para la defensa leprosa. Para peor, el esquema propuesto por Kudelka, algo confuso, obligaba a Cabrera a retroceder a marcar las subidas de Fabra, algo que el juvenil delantero no pudo cumplir.
Tales facilidades entregaron dos chances de gol para el Xeneize: desborde de Villa y remate de Cardona que abrazó la red por afuera, y llegada de Villa hasta el fondo y remate potente que rechazó Aguerre.
Newell’s en ofensiva? Nada. Cabrera y Marcioni preocupados por marcar y Formica lejos de la pelota, transformaron a Scocco en un espectador vip del partido.
Kudelka corrigió algo. Mandó a Marcioni por derecha para ayudar en la marca. Y algo mejoró. Aunque un rato después Cardona se vistió de extremo y asistió a Villa, para obligar a Aguerre a meter un manotazo abajo e impedir el gol.
A falta de problemas, Bíttolo se dobló tobillo y rodilla y debió salir. Adentro Orihuela, indultado por el DT al no tener la chance de traer un tres.
Boca tampoco fue un despliegue de fútbol y brillantez. Muy flojo Zárate y Salvio, todo quedó a lo que pudieran hacer Cardona y Villa. Y que Newell’s no cierre esa puerta.
El segundo tiempo fue más chato. Poco y nada de uno y otro. Incluso Villa no molestó tanto, y Newell’s al menos insinuó un tiro al arco.
Kudelka metió un triple cambió. Adentro Maxi, junto a Alexis y Cacciabue. Y cuando parecía que la Lepra se animaba. Cabral salió lejos, Capasso hizo una infracción cerca del area y Cardona le puso el centro a la cabeza de Izquierdoz para fusilar a Aguerre. Un golpe que tiró a Newell’s a la lona cuando menos lo esperaba.
Después, con amor propio y beneficiado por el lógico retroceso de Boca, la Lepra fue a buscar el empate, sin ideas, a lo que saliera. Casi lo consigue Scocco, con una apilada que chocó con Andrada. Fue imposible, el partido había empezado a sentenciarse desde el momento que Kudelka lo pensó, sin ambición.
