En el primer tiempo Newell’s lució desconocido. Impreciso, apurado, se dejó absorber por el clima de final que se vivió en las tribunas y por momentos jugó al ritmo de la gente.
San Lorenzo se plantó bien en el encuentro y le “copó” el medio con el buen encuentro de Juan Mercier para salir rápido de contra con los rapiditos Correa y Villalba y la calidad intacta de Romagnoli y Piatti.
Pero contrariamente a lo que le venía sucediendo a los de Berti, tuvo una efectividad del ciento por ciento. Maxi Rodríguez tocó hacia atrás para Cáceres, que de primera mandó un centro perfecto para que Trezeguet, entrando por el segundo palo, se tire de palomita y haga estallar el Coloso.
¿Inmerecido? Seguramente, pero también un premio para un jugador que con cada grito, con cada participación demuestra que no puede faltar entre los once.
La alegría le duró poco al Rojinegro porque cinco minutos después Piatti fusiló a Guzmán tras un muy mal retroceso de la última línea local y estableció algo de justicia en un partido en el que era superior.
Con un Bernardi desconectado, con Casco desconocido, con Maxi apagado, a Newell’s no le quedó otra que esperar el complemento.
Entonces, en esos 45 minutos, se vio una imagen mejorada del conjunto local y en eso tuvo mucho que ver Tonso, que estuvo muy activo por el sector derecho y generó las situaciones más claras de su equipo.
Así y todo, Newell’s con el paso de los minutos se fue quedando ante la inacción de su entrador y San Lorenzo terminó convirtiendo a Guzmán en figura.
El empate no le cayó mal a Newell’s que tuvo una mala noche, fue superado pero sigue siendo el único puntero del Inicial.