Contra viento y marea. Así parece ser el presente de Newell’s. Lleno de lesionados, con técnico interino, y así el resultado adverso en la noche ventosa de La Punta no debería sorprender, mucho más si se trata de la esquiva Copa Argentina donde la Lepra no puede nunca hacer pie. Ni siquiera ir en ventaja fue suficiente, Talleres lo dio vuelta y el Rojinegro se pegó un golpazo.
El viento fue factor decisivo. El estadio Juan Gilberto Funes le puso un problema a los jugadores que no pudieron descifrar. Costaba poner la pelota al piso sin que se moviera. Patear un córner era un desafío, para el ejecutante, para los cabeceadores, para los arqueros. Medir distancias era imposible y el error amenazaba con aparecer en cualquier momento.
Newell’s empezó mejor, no por tener el viento a favor, sino más bien por la conducción de Ferreira, con buena movilidad de los delanteros. Hubo aproximaciones al área de Aguerre, aunque costó ser preciso en los centros.
Nadie podía sacarle provecho al clima irregular. Y el partido entró en una zona de inseguridad general. En ese contexto, Newell’s siempre insinuó un poco más, y antes de irse al vestuario tuvo su chance. Un centro cerrado encontró un agarrón de Catalán a García. Claro penal que el propio Juanchón cambió por gol, para tomar una ventaja a esa altura muy importante.
En la segunda parte el viento favorable pasó a manos de Talleres. Otro dilema para ambos equipos, que tuvieron que resetear para entender que la pelota pasaba a jugar de otra manera. Una duda de Mansilla casi le da la chance de igualar a la “T”, y enseguida Coria mandó a la cancha a Jacob para ajustar el medio de la defensa con Velázquez, que inició improvisado de lateral.
Todo parecía encaminarse a la victoria leprosa, pero el viento no dejaba de ser un problema. Y de la nada, Talleres llegó al empate. Un centro sin sentido, un despeje que no pudo ser por el viento, la pelota que complicó a la defensa leprosa, y si bien pareció que Alves estaba en off side al sacar el centro, sin VAR todo quedó en anécdota. Dudó Mora-les en salir, y entre Godoy y Ditta la pelota terminó en gol.
Jugar era un desafío, casi imposible. Y con viento en contra a Newell’s se le empezó a hacer largo el partido. Para peor, aparecieron las lesiones, y Portillo no pudo seguir por un patadón que el VAR hubiera marcado con roja, y Sordo otra vez se resintió, obligando a un doble cambio más temprano de lo que Coria imaginaba. Y sin quererlo, el DT interino empezó a sacar de la cancha a ejecutantes naturales de penales, como Juanchón y Ferreira.
Talleres aprovechó mejor el viento a favor y sintió que podía ganarlo. Y La Lepra nunca pudo acomodarse a las complicaciones de la segunda parte. Y cuando parecía que los penales iban a definir el pleito, una corrida por derecha que no pudo contener Campagnaro, un centro rasante y Giacone anticipó para el 2-1 cuando el partido se moría.
La eliminación de la Lepra en la Copa Argentina abre interrogantes. Y ahora la dirigencia empezará a tener mayores urgencias para buscar el nuevo DT. El maleficio en este torneo sigue y complicó el momento de Newell’s que había conseguido algo de paz al ganarle a Vélez.
La previa del partido
La Copa Argentina es un torneo que a Newell’s le trae malos recuerdos. Sin importar el nivel de los planteles, el entrenador de turno o el momento del equipo, el torneo federal siempre se mostró esquivo para la Lepra. Pero no deja de ser una buena oportunidad de darle valor al semestre, y por eso el partido ante Talleres en San Luis tiene relevancia.
Mientras la dirigencia busca entrenador, Adrián Coria asumió la posta de Gustavo Tognarelli y tendrá la responsabilidad de intentar avanzar a cuartos de final. No es un partido más, quedar entre los ocho mejores del torneo te pone a sólo tres partidos de un título, y de la clasificación a la Libertadores, lo que a esta altura no es poco.
Coria, al igual que Tognarelli, entendió que no había que cambiar demasiado. La estructura Sanguinetti se mantiene, aunque con algunos nombres distintos, a partir de nuevos lesionados y otros recuperados. En ese sentido, Para este partido no estarán Martín Luciano y Juan Garro, sumados a los ya ausentes por lesiones diversas: Pablo Pérez, Armando Méndez, Cristian Lema, Julián Fernández, Ramiro Macagno, Leonel Vangioni y Fabián Ángel. La buena es que hay algunas altas, Gustavo Velázquez, que será titular con una máscara protectora por la fractura orbital, y Ramiro Sordo, quien irá al banco.
El esquema será similar al de la victoria ante Vélez. Un 4-3-3, que en realidad es un 4-2-3-1 encubierto, porque Ferreira juega libre, sin obligación de marca, y Brian Aguirre y Francisco González deberán colaborar en la marca. Y el nueve será Juanchón, que además de anotar con Vélez, mejoró física y futbolísticamente.
Talleres llega golpeado. La salida del portugués Caixinha también pondrá en el banco un interinato, en este caso con Javier Gandolfi. Y a diferencia de Newell’s, que se mantiene con chances de acceder a la Sudamericana en la Liga, los cordobeses tienen a la Copa Argentina como una motivación en lo que resta del año.
Hay un antecedente de ambos en este certamen, bueno para Talleres, aunque los hinchas leprosos no tienen malos recuerdos de esa fecha. Fue en 2013, en Chaco, cuando horas antes de cruzarse, el equipo del Tata Martino se coronó campeón por el empate de Estudiantes y Lanús. Newell’s salió a jugar con la cabeza en el regreso a Rosario, donde hubo festejos interminable. Ganó Talleres 1-0. Hubo otro cruce, en 2013/14, y Talleres triunfó 3-1. ¿La tercera será la vencida para la Lepra?
La crisis en el Parque tuvo un momento de alivio con la victoria en Liniers. Y eso le dio un poco de margen a Ignacio Astore para definir el futuro entrenador. Y lo que suceda esta noche también tendrá relevancia en esa decisión. Es que seguir con chances en la Copa Argentina le dará más tiempo al presidente leproso. Una eliminación, en cambio, generará más urgencia.