Un chiquito pelotea sólo en los alrededores de un Coloso. De pronto, la pelota se le cae en el túnel y empieza a rodar por las escaleras. El niño, vestido de rojinegro, baja para buscarla y a lo lejos ve como Pancho Aquilano, el utilero leproso, cuelga las camisetas en el vestuario. Se acerca sigiloso y empieza a ver con asombro cada una de las casacas colgadas. “Aguerre”, lee en el dorsal de la primera; “Pablo Pérez… Maxi Rodríguez…”, sigue la secuencia. Pero llega a la última y queda impactado. La imagen muestra el dorsal de la casaca con el 32, un número que sólo puede identificar a un jugador: “¿Nacho Scocco? Sí, volvió Nacho Scocco”, es el grito de alegría del chico mientras corre entusiasmado para anunciarlo a todos los hinchas leprosos.
Así, con otra ingeniosa idea, como cuando se informó la renovación de Maxi o la de Frank Darío Kudelka, Newell’s oficializó a la medianoche de este miércoles el regreso de Ignacio Scocco. Un retorno que parecía cerca de concretarse cuando el delantero le comunicó a Marcelo Gallardo que no seguiría en River, pero que no tuvo oficialización hasta este miércoles a la medianoche, justamente cuando concluyó su contrato con el Millonario y la Lepra pudo anunciarlo.
El corazón manda. Esa es la frase que tiene tatuada Nacho en su pantorrilla, con la imagen del Coloso. Y eso es lo que sucedió una vez más. A Scocco no lo sedujo poder jugar la Copa Libertadores con River, ni un contrato superior que le ofrecieron los Millonarios. Nacho había prometido que el final de su carrera sería en el Parque. Y entendió que a los 35 años, y con un nivel de juego vigente, era el momento de volver.
Maxi le insistió hasta el hartazgo. Incluso Nacho confesó que los mensajes del capitán leproso eran “muchos”. Cristian D’Amico y Sebastián Peratta hicieron lo suyo, respetando los tiempos de Nacho, pero haciéndole saber siempre que lo esperaban en el Coloso. Y seguramente la situación deportiva del club, con expectativa de pelear por cosas importantes, como la Copa Sudamericana, fueron decisivas a la hora del espaldarazo final.
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Por eso el acuerdo no demoró, aunque las partes prefirieron alargar la espera para respetar el vínculo con River. Incluso anunciaron algunas reuniones postergadas que en realidad nunca iban a suceder.
Nacho firmará un contrato hasta diciembre de 2021, con la posibilidad de extenderlo por un año más. Con la nueva modalidad de jugar de febrero a diciembre, la idea de la dirigencia y el delantero es vincularlo hasta fines de 2022, y desde ese momento será Nacho quien analice su continuidad o el retiro, que a esta altura será en Newell’s, como lo había prometido.
Este será el cuarto ciclo de Scocco en Newell’s. Fue campeón en 2004 con el Tolo Gallego como entrenador; regresó en 2012 para conseguir su segundo título con el Tata Martino en 2013; y tuvo su último retorno en 2015, tras la compra que hizo Newell’s a Sunderland.
Tal vez la espina de no haber conseguido la Libertadores 2013, o la posibilidad de entrar al podio de los máximos artilleros de la historia leprosa son dos incentivos que Nacho tiene en mente, sin descartar la chance de ir por el tricampeonato, en especial en el torneo que se jugará a fin de año donde Newell’s aparece con un plantel como para ser protagonista.
Pero sin dudas la mayor motivación para volver pasa por otro lado. Por ese sentido de pertenencia muchas veces inexplicable que muestran muchos futbolistas nacidos en el Parque. El corazón manda, una vez más. No hay dudas de eso.