Santificado. Así parece estar Newell’s en esta Copa Sudamericana donde parece imbatible. Sin importar rival, con titulares o alternativos, en el Coloso o en el histórico Vila Belmiro, la Lepra parece no encontrar oposición en este transitar copero, ni siquiera con un arbitraje dudoso como el del venezolano Valenzuela. Cinco jugados, cinco ganados. Y boleto a octavos asegurado una fecha antes. Y como bonus, es el único equipo del certamen que suma 15 puntos. Casi irreal.
Newell’s llegó a Brasil con la tranquilidad de saber que como mínimo tenía asegurado jugar el play off con el tercero de la Libertadores. Un empate lo iba a dejar con un pie y medio en octavos, y con una victoria se vendría de Brasil con la clasificación en la mano.
Santos, en cambio, estaba obligado a ganar para al menos aspirar a alcanzar el segundo lugar del grupo. Golpeado en la Copa de Brasil, alejado de la cima en el Brasilerirao y con un andar errático en la Sudamericana, un golpe a la mandíbula podía ser suficiente para tirarlo a la lona. Y eso buscó Newell’s desde el inicio.
Sin asustarse, el equipo de Heinze salió a dominar el partido. Hoy el equipo se siente cómodo con la pelota y eso fue la primera meta. Y cuando pudo, intentó ese gol que validara su intento de ser protagonista. Lo tuvo Recalde en el inicio, aunque al intentar eludir al arquero alargó demasiado la gambeta y se quedó sin ángulo.
Y después de un rato de miradas amenazantes y muchas imprecisiones, Newell’s se dio cuenta que el partido estaba para ganar. Un pase lujoso de espaldas con una pisada de Recalde a Aguirre pudo ser la llave, pero el juvenil atacante le dio más potente que preciso.
Los dos avisos siguientes fueron tiros libres de Ferreira, con buenas respuestas de Joao Paulo. Y en el cierre de la primera parte llegó la justicia a Vila Belmiro, esa que no siempre responde a tiempo. Córner con jugada preparada, de esa que casi nunca salen, Iván Gómez rompió líneas y sacó un centro complicado para que la pelota caiga en los pies de Sforza, quien definió con un tiro rasante contra el palo.
El segundo tiempo tuvo a Santos obligado a ir por el empate, pero Newell’s lo tenía controlado. Pero la Lepra lo perdonó en varias contras mal terminadas, y de un centro sin peligro, Ortiz se apoyó en Marcos Leonardo y el árbitro cobró penal, que el propio delantero transformó en gol.
Se repuso Newell’s, y tras un tiro libre de Recalde que dio en el travesaño, Aguirre de cabeza anotó el 2-1. Pero apareció el VAR y el árbitro venezolano anuló el gol por una supuesta intervención de Sordo que estaba adelantado, algo que no pareció.
Perjudicado Newell’s, el empate empezó a parecer buen resultado. Pero este equipo de Heinze tiene un aura especial en la Sudamericana y no se dio por vencido, no se conformó.
Fue por la primera victoria en Brasil y la consiguió. Mosquera manejó con criterio una contra y Portillo definió con un golazo al ángulo para ponerle justicia a la noche brasileña. Y seguir santificado en la Copa.