Pasó el último tren hacia el título, y como sucedió en las últimas semanas, la Lepra lo dejó ir. Cinco partidos sin ganar resulta demasiado para un equipo con aspiraciones para coronarse campeón. Y cuarenta y cinco minutos regalados fue una diferencia que ni siquiera la levantada del segundo tiempo alcanzó para revertir.
Newell’s igualó 2 a 2 ante el paupérrimo Unión y se despidió del sueño del título. Ahora sólo le queda sumar y buscar el premio de entrar a la Copa, un consuelo que puede sonar a poco. El arranque leproso fue para ilusionarse, con Bernardi y Pérez como eje del juego, pero basto un primer ataque a contrapierna de Unión para desnudar lo que a la postre fue una tarde negra de la defensa leprosa. Si el Tatengue se fue al vestuario con una ventaja impensada en la previa de dos goles, en gran parte tuvo que ver con las ventajas que dio la zaga leprosa, en especial Víctor López y Vergini, que en toda la tarde mostraron una llamativa inseguridad.
En el complemento, cambió todo con las variantes. Martino salió a quemar las naves y mandó a la cancha a Tonso y Muñoz por Pérez y Sperduti. Pero además ubicó a Scocco como un nueve retrasado, de cara al arco, en su hábitat natural. Newell’s hizo fácil lo más complicado, anotó rápido en el inicio del segundo tiempo en una jugada donde Tonso fue clave en el inicio y en el final, más allá de la floja resistencia de Perafán.
Con la conducción de Bernardi se fue hacia el arco de Unión y llegó al empate. Scocco recibió el balón a 30 metros y no dudó en sacar un zapatazo que se clavó en el ángulo. Golazo, con el sello de Nacho. Para la ilusión.
Pero los minutos empezaron a correr, el cansancio pesó y la Lepra falló en el toque final. Pudo ganarlo con una jugada de Scocco dentro del área o un disparo de Muñoz que contuvo Perafán. Pero no le alcanzó.
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