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Cero en los arcos: Newell’s y Argentinos Juniors no se sacaron ventaja en el Coloso

Sin goles. Así fue el empate entre Newell's y Argentinos. Pocas situaciones. Demasiada tenencia de pelota. El grito de Velázquez ante Racing quedó muy lejos. La Lepra acumula cuatro encuentros en la Liga Profesional sin marcar

Empatar con Argentinos no es mal resultado, aunque depende del contexto. Un 0 a 0 frente a los suplentes del Bicho puede sonar a poco, mucho más cuando la tabla de la Liga empieza a alejar a la Lepra de puestos coperos y la Sudamericana empieza a ser la única ilusión de la campaña.

A la hora de tomar decisiones y marcar prioridades, Gabriel Heinze sorprendió. A cuatro días de un partido importante por Sudamericana, el DT leproso puso en cancha un equipo repleto de titulares. Nadie podrá reprocharle dejar de lado la Liga, y eso que Argentinos presentó suplentes porque Milito sí le dio relevancia al partido de Libertadores que deberá afrontar el próximo martes.

Para los obsesivos de los dibujos tácticos, el Gringo optó por un esquema 4-2-3-1, poco utilizado en este ciclo. Heinze está lejos de aferrarse a un dibujo táctico y varía de partido a partido, ajustandobla táctica a las piezas que pone en cancha. El más incómodo con el esquema fue Djorkaeff Reasco. Tirado a la derecha, como un extremo interior, el ecuatoriano flotó por su zona sin demasiado aporte. Y con Méndez amagando con hacerle pasar una mala noche a Bíttolo cada vez que encaraba, la sensación en el primer tiempo era que faltaba un extremo más abierto por derecha.

Y cuando se pasó el envión anímico del inicio, Newell’s pasó a ser un controlador de pelota sin explosión ofensiva. Faltó un revulsivo, un atrevido que intentara con una maniobra personsl romper una línea y salir de la prolijidad adormeciente de toques intrascendentes. Ferreira tuvo alguna intención, pero su impericia y la poca paciencia del hincha lo fueron alejando de esa intención de arriesgar un poco más.

Casi sin patear al arco, Newell’s se fue al vestuario con el partido controlado, aunque con la necesidad imperiosa de hacer slgo distinto en ataque para no proyectar un 0 a 0 que empezaba a ganar terreno.

Un manotazo salvador de Hoyos ante un cabezazo de Heredia y un mano a mano ganado por el arquero frente al mismo jugador le permitieron a Newell’s seguir con vida. Y la Lepra empezó a rezar por el aura de los primeros partidos del ciclo en el Coloso, donde alguna pelota parada made in Velázquez o una jugada de otro partido lo pusiera en ganador. Y para que no todo quede librado a la buena de Dios, Heinze mandó acla cancha a Marcos Portillo por el insulso Reasco.

Pero el partido tenía otra idea. Esta vez no iba a alcanzar con el empuje de la gente o las ganas de algunos jugadores. Esa fórmula ya gastó sus creditos y para llegar al triunfo hace falta algo más. Y la Lepra no tuvo nada más.

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