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Newell’s sigue en terapia: diagnóstico reservado

Diego Osella intentó de todo para revertir la crisis, pero por ahora nada da resultado.

Diego Osella sabía cuando llegó al Parque que la tarea no sería sencilla. El entrenador se hacía cargo de un equipo golpeado en todo sentido y suponer que en dos o tres semanas iba a revertir el flojo momento era más que descabellado.

Pero definitivamente Osella nunca imaginó que la situación era tan compleja. Y seguramente su optimismo al asumir el mayor reto de su carrera chocó contra la dura realidad. Y en tres partidos en el banco, dos en el Coloso ante rivales también de flojo presente, la Lepra apenas sumó dos puntos. Demasiado poco por donde se lo mire.

En la libreta de preocupaciones, Osella ya debe haber completado varias hojas. Y en la columna de prioridades seguramente estará lo físico y también la parte anímica.

Es que el entrenador por ahora debe dejar lo futbolístico de lado. Tratar de imponer su idea de juego, que se sustenta en la intensidad física y el orden, parece imposible para un plantel que según el propio entrenador tiene una situación física “muy grave”.

No hay dudas que Osella se hizo cargo de un equipo que estaba en terapia intensiva. El diagnóstico lo sabía, pero por ahora los remedios que intentó implementar no dieron resultado: jugar con un doble cinco bien defensivo como Mateo-Formiliano o con uno más ofensivo como Mateo-Mugni; meter un par de dobles turnos por semana; concentrar un día antes de lo que el grupo lo hacía anteriormente; vivir intensamente los partidos en el borde del campo de juego; sacar a Nacho Scocco, meter a Nacho Scocco; ubicar a Maxi como mediocampista y también como delantero. Nada parece dar resultado.

¿Entonces qué hacer? Ganar, sin importar cómo. Newell’s necesita una victoria, o mejor dicho, hilvanar un par de triunfos que le den un poco de confianza. Contra Rafaela fue muy claro que el equipo retrocedió demasiado por el ‘miedo’ a no poder consumar la ansiada victoria y al final una carambola le hizo pagar caro la inseguridad mental del equipo.

Osella no es el culpable de este momento, pero es el encargado de tratar de sacar a flote al equipo. Y su principal error sería alejarse de lo que sabe. Por eso debe aprovechar estas tres semanas donde habrá un parate del torneo para potenciar al plantel desde lo físico, e intentar llegar con su mensaje, en especial a los más experimentados, los que por influencia pueden ayudar a que el resto reaccione.

Los jugadores, a esta altura, no pueden ponerse en exquisitos. Hoy lo único que les queda es encolumnarse detrás de la idea del DT y comenzar a demostrar qua hay intenciones de salir de esta crisis. Ganarle a Tigre puede ser una prueba de vida a la cual aferrarse. Lo necesita Osella, los jugadores y los desencantados hinchas leprosos.

Semana completa para trabajar

Diego Osella entiende que Newell’s necesita mucho trabajo. Para acomodar al equipo a los niveles físicos que pretende, para consolidar su idea futbolística, en la que el orden tiene prioridad absoluta, y para terminar de conocer al plantel. Por eso, el cuerpo técnico rojinegro no pierde tiempo y aprovecha cada día lo más que puede. Y en ese marco, dispondrá por primera vez de una semana completa para la puesta a punto pensando en el partido con Tigre, que será el próximo lunes en Victoria.

Será la cuarta semana del cuerpo técnico al frente del plantel profesional. Y no le sobró tiempo para intentar ordenar las cosas. Osella asumió un martes, el miércoles hubo doble turno, el jueves entrenamiento matutino y concentración para recibir  el viernes a Unión en el Parque Independencia.

El plantel entrenó el sábado (NdR: hubo regenerativo y un análisis del partido con el Tatengue en video), el domingo tuvo libre y el lunes ya se puso a pensar en Lanús, al que enfrentó al viernes siguiente en el sur bonaerense. En el medio, hubo otro doble turno. Y el día del partido, algunos movimientos livianos en el hotel.

La semana previa al partido con Rafaela fue parecida, aunque tuvo libre sábado y comenzó a entrenar el domingo. El martes trabajó mañana y tarde, y el miércoles no sólo hubo un entrenamiento matutino: a la noche el plantel quedó concentrado en Ricardone, una noche antes de lo habitual. “Tenemos que aprovechar el tiempo para conocernos más”, justificó el entrenador rojinegro.

Ahora dispondrá de una semana completa de trabajo para poder acomodar las cosas. La rutina comenzará hoy a la mañana en el complejo Bella Vista. Seguramente habrá mayor hincapié en la parte física, un aspecto que a Osella lo tiene decididamente preocupado. Esta vez tendrá más días para poder elevar las cargas de entrenamiento y acercar al equipo a la intensidad que pretende para la recuperación y las transiciones.

Algo que sin dudas se repetirá cuando se produzca el parate por las Eliminatorias Sudamericanas después de la próxima fecha. Allí, Osella y sus colaboradores dispondrán de dos semanas entre el compromiso del próximo lunes ante Tigre y el compromiso ante Aldosivi en el Parque Independencia, por la novena fecha.

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