Por Juan Giani *
Algunas ideas sobre las recientes elecciones presidenciales:
1) El triunfo de la Libertad Avanza no es un hecho ni insólito, ni extraño, ni inesperado. Desde el inicio de la pandemia solo dos oficialismos nacionales en el mundo han podido reelegir (Francia y Paraguay). Es evidente que los efectos sociales, culturales y económicos de ese acontecimiento extraordinario han impactado decisiva y negativamente en la percepción que la ciudadanía tiene de sus gobiernos.
2) A ello se le sumó una guerra de impacto mundial en términos de precios y en el caso de la Argentina una fortísima sequía que deterioró significativamente este año todos los indicadores económico-sociales. Era prácticamente un milagro que un gobierno con tres dígitos de inflación y caída de la actividad pudiese triunfar en una elección.
3) Eso no implica desconocer los errores propios del oficialismo, que se grafica en un hecho contundente. Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner hace tiempo que no se hablan. La construcción política del Frente de Todos fue un fracaso. Así es muy difícil.
4) Por lo cual, y en este contexto, el desempeño de la fórmula Massa Rossi fue digno, con una campaña cohesionada y bien organizada.
5) Por lo demás, en toda América Latina pujan habitualmente dos coaliciones, una del centro a la derecha y otra del centro a la izquierda, con resultados variables según el momento y según el país.
6) Es obvio que en nuestro caso la coalición triunfante la encabezó un candidato enojoso y extravagante, pero que funcionó como oportuno catalizador de un conjunto de disgustos acumulados en estos cuatro años pleno de dificultades.
7) Como se ha dicho esto no es una rareza argentina. Dos países fundamentales del continente como Estados Unidos y Brasil tuvieron como presidentes a figuras ideológicamente similares a Javier Milei.
Cuidado, sin embargo, con hacer una lectura exclusivamente ideológica del triunfo de esa fuerza política. Votar a un candidato no implica suscribir todos sus pensamientos, sino aquellos que se consideran primordiales en una coyuntura determinada. Es un error suponer que todos los que lo acompañaron reivindican a la dictadura o desprecian la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.
9) El primer paso para revertir esta derrota es respetar el pronunciamente popular e indagar en sus núcleos de verdad.
10) Las elecciones las ganan los que se quedan con la bandera de la esperanza y no unicamente con la del miedo. Milei lo logró instalando correctamente el eje continuidad o cambio. A nuestra campaña especialmente en el tramo final le faltó esperanza.
11) El proyecto nacional y popular tendrá que iniciar su autocrítica y buscar nuevos liderazgos. Pero sin canibalismos internos, defendiendo los valores del 45 % de argentinos que nos acompañaron y con mucha templanza. Se vienen tiempos, espero equivocarme, muy pero muy difíciles.
*Filósofo y docente de la Universidad Nacional de Rosario