En marzo de 2015 un grupo de periodistas y escritoras armó un flyer con la foto de un descampado en la que pusieron por primera vez la frase Ni Una Menos. Invitaban a una maratón de lectura y reflexión sobre la escalada de femicidios en la Argentina. Daiana García había sido asesinada días antes en un descampado de Lomas de Zamora y su cuerpo había sido encontrado en una bolsa. Los cuerpos de las mujeres tirados como basura se sumaban en los primeros meses de 2015 y la necesidad de mostrar que detrás de esos asesinatos estaba la violencia machista tomaba forma de estrategia. La frase Ni Una Menos la había sugerido la periodista Vanina Escales y venía de un poema de 1995 de la activista mexicana Susana Chávez, asesinada en 2011. Decía: “Ni una mujer menos, ni una muerta más”. Dos meses después de esa maratón de lectura en la plaza de la Biblioteca Nacional, el femicidio de Chiara Páez en la provincia de Santa Fe fue el detonante de la convocatoria a la primera concentración contra los femicidios en la Argentina bajo la consigna de Ni Una Menos. El 3 de junio de 2015 miles llenaron las plazas de más de 80 ciudades de todo el país en un acto político que marcó un quiebre en la historia de los feminismos argentinos.
Este 2020 se cumplen 5 años del primer Ni Una Menos. Sin dudas, esa primera movilización 2015 marcó un antes y un después porque significó un salto a la masividad con la entrada a los feminismos de una generación de adolescentes y jóvenes. Desde ese momento, las movilizaciones feministas son multitudinarias y la lucha por los derechos tiene a la calle como uno de los principales territorios. El Ni Una Menos también implicó que la agenda de mujeres y disidencias entrara en todos lados. Hoy los medios de comunicación, las instituciones, organizaciones, las familias, las relaciones, los vínculos y todas las formas organizativas no pueden escapar al debate sobre la igualdad de derechos. Este año el grito de Ni Una Menos no estará en las calles. Como todo lo que toca la pandemia del coronavirus, las acciones por la fecha serán virtuales, con charlas, conversatorios y movidas en redes sociales. En Rosario, una propaladora recorrerá toda la ciudad con distintas consignas.
Este año el Ni Una Menos llega marcado por la pandemia que redefinió muchos de los temas de la agenda pero, sobre todo, puso en evidencia muchos de los reclamos de los feminismos. Uno de los primeros temas que apareció fue que el aislamiento puede ser peligroso para las mujeres que conviven con agresores. Es que en Argentina dos tercios de los femicidios son cometidos por parejas o ex parejas. Otro factor que puso en evidencia es quién se hace cargo de los cuidados y cómo se distribuyen las tareas domésticas en las casas. Las madres solteras quedaron sobreexpuestas y sobrecargadas, haciendo malabares entre el teletrabajo y el cuidado de los hijos. También mostró la fragilidad de quienes están en las economías informales, que en su mayoría son mujeres e identidades feminizadas. Sólo por poner un ejemplo, el 85 por ciento de las personas travestis y trans no puede afrontar gastos de alquiler en pandemia en Argentina porque se quedaron sin ingresos. Otro capítulo es el de las mujeres y disidencias migrantes, que en más de un 60 por ciento se quedaron sin ingresos.
La pandemia mostró también quienes paran la olla en los barrios en los momentos de crisis. Las mujeres sostienen comedores, copas de leche y el cuidado de los sectores más vulnerables de la población. El virus también puso en evidencia que los servicios esenciales de profesionales de la salud también tienen mayoría de mujeres, por lo que son las que más se ponen en riesgo de contagio.
Cinco años y 1.450 menos
El Registro Nacional de Femicidios de la Corte Suprema de Justicia de la Nación es relevamiento oficial del gobierno nacional de femicidios y travesticidios. En su último informe dio cuenta de que en 2019 hubo 268 femicidios y 5 travesticidios y transfemicidios en Argentina. Por estos asesinatos 222 niñas y niños que quedaron huérfanos. El informe del máximo tribunal abarca desde el 1 de enero al 31 de diciembre del año pasado. El relevamiento identificó 252 víctimas directas de femicidios y 16 de femicidio vinculado, que son los homicidios cometidos contra una o varias personas (niñas, niños, adolescentes, mujeres cis, varones, trans, travesti), a fin de causarle sufrimiento a una mujer. Además, detalló que el 73% de las víctimas fueron asesinadas en viviendas.
Por otro lado, en el país hay registros elaborados por organizaciones sociales que no sólo miden anualmente. El observatorio Ahora Que Si Nos Ven publicó un relevamiento especial en que da cuenta que desde el primer Ni Una Menos del 3 de junio de 2015 hasta el 25 de mayo del 2020 hubo 1.450 femicidios en la Argentina, lo que define que una mujer fue asesinada cada 30 horas. El 83% por ciento fueron cometidos por alguien del círculo íntimo de las víctimas y el 66% tuvieron como femicidas a las parejas o ex parejas de las víctimas. Además, el 64,6% fue asesinada en su casa, lo que demuestra que el hogar sigue siendo uno de los lugares màs inseguros para mujeres y disidencias. Otro indicador que alerta es que 1527 niñas y niños quedaron huérfanos como consecuencia de la violencia machista.
Durante la cuarentena, el Observatorio de Femicidios en Argentina «Adriana Marisel Zambrano», que depende de La Casa del Encuentro, relevó que hubo al menos 57 femicidios entre 20 de marzo y el 28 de mayo. El informe dice que 77 hijos e hijas quedaron sin madre como consecuencia de la violencia de género. El 71% fueron asesinadas en sus viviendas y el 65% de los femicidas eran parejas o exparejas. La provincia de Buenos Aires encabeza la lista con 27 femicidios, seguida muy de lejos por Santa Fe y Tucumán con 6 cada una, y Misiones con 4. Además, cuatro de las víctimas eran niñas.
Semilla organizativa
La primera concentración de Ni Una Menos marcó un salto. Bajo ese nombre se crearon mesas y organizaciones en localidades de todo el país, desde las más pequeñas hasta las grandes ciudades. La consigna se replicó en toda Latinoamérica y llegó a ser traducida a otros idiomas como el “non una di meno” en Italia o el “pas une de moins” en Francia. Decir Ni Una Menos pasó a ser una contraseña, un sinónimo, un código compartido a la hora de hablar de todas las formas de violencia de las que son blanco mujeres, lesbianas, travestis, trans, personas no binarias.
Si bien desde el primer Ni Una Menos el movimiento feminista de la Argentina es mirado por todo el mundo, su construcción empezó mucho antes. Está anclada en la tradición de la lucha por los derechos humanos, con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo como las primeras maestras. Con la vuelta de democracia empezaron las ediciones del Encuentro Nacional de Mujeres (ahora Plurinacionales y con las disidencias), una experiencia inédita en el mundo que año a año llega a una ciudad distinta del país. Los encuentros generan estrategias de cara al futuro y siembran organización en cada lugar que es sede. Fueron uno de los caldos de cultivo de la agenda actual.
La primera concentración estuvo marcado por la bronca, el duelo y la tristeza. Ese año no hubo movilización, sino concentración. Un año después las concentraciones empezaron a moverse. Del dolor se pasó al deseo de ser libres y a la consigna Ni Una Menos se agregó “vivas nos queremos”. En 2016 la pelea por el aborto legal se metió de lleno, con la consigna “sin aborto legal no hay Ni Una Menos” y el pañuelo verde empezó a ser un amuleto. En 2018 se sumó “vivas, libres y desendeudadas nos queremos”, en contra del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Entre 2015 y 2019 el movimiento feminista y las marchas de Ni Una Menos fueron un símbolo de resistencia a las políticas neoliberales del gobierno de Cambiemos. En esos años se hizo el primer paro nacional de mujeres, que fue un antecedente del Internacional de 8 de marzo.
En cinco años el Ni Una Menos sumó consignas y se diversificó como pasó con el movimiento feminista Argentina. En esa construcción hay una certeza: los feminismos argentinos no tienen un sujeto político único ni estático. Son mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, intersexuales, no binaries. Son indígenas, originarias, afro, negras, racializadas, migrantes. Son sindicalistas, precarizadas, trabajadoras de la economía popular, amas de casa, cooperativizadas, campesinas, autocultivadoras. Madres, abuelas, hijas. Niñas, adolescentes, jóvenes, adultas, viejas. Políticas, militantes, intelectuales, científicas, putas, universitarias, secundarias, músicas, dibujantes, actrices, artesanas, médicas, periodistas, enfermeras, bailarinas. Gordas, diversas, no hegemónicas.
En el libro “La cuarta ola feminista” (editado por Oleada y Mala Junta), la politóloga Noelia Figueroa reflexiona sobre cómo el grito de Ni Una Menos contra los femicidios se amplió hasta convertirse en un movimiento social dispuesto a transformarlo todo. “El 3 de junio de 2015, el entramado de ese grito masivo (defensivo) ante los femicidios con una historia de luchas de tantos años, generó las condiciones de posibilidad para la construcción de un movimiento social enorme, polifacético, lleno de complejidad, que está atravesando a toda la sociedad y cuestionando sus pilares. Un movimiento que fue capaz de desplazarse de una serie de reclamos centrados en los femicidios y las violencias machistas más evidentes, a un paro nacional y dos paros internacionales, dando lugar así a una agenda feminista que hoy se propone discutirlo todo: la economía de cuidados, la política, la forma de los vínculos sexo-afectivos, la educación, las características de los espacios donde habitamos, entre otras cosas. Estamos inmersas en la construcción de un movimiento claramente contra-hegemónico, que avanza en pasos certeros en el cuestionamiento cotidiano de lo que hasta ayer resultaba natural. Es un proceso político que disputa sentidos. Somos parte de una revolución feminista en marcha a nivel mundial y Argentina es punto de referencia y usina de ideas en el marco de este proceso”, opina Figueroa en el artículo.
Cómo será este Ni Una Menos en Rosario
Este 3 de junio, las mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, bisexuales, indígenas, originarias y afro se manifestarán masivamente en Rosario de manera virtual. Desde el Comité Feminista por la Emergencia Sanitaria organizaron una serie de actividades para plasmar el Ni Una Menos en las calles y en las redes sociales.
A las 11 habrá un Tuitazo con el hashtag #NiUnaMenosRosario. De 11 a 17 circulará la propaladora, que recorrerá los barrios de Rosario haciendo sonar las consignas de este 3J. El recorrido incluye: Plutarco y Massina (El Mangrullo), Battle y Ordoñez al 600 (Mujeres luchadoras), Felipe More 3409 (Club 20 Amigos), Pje. Mattos 3430 (Cafferata al 2300 – Casa Popular La Herminia), Distrito Oeste, Felipe More y Pte. Perón, Pellegrini y Colombia (El Hormiguero), Distrito Noroeste, Junin y Provincias Unidas, Pje. San José entre Ottone y Cabal (La Poderosa), y Distrito Norte, Superí 794
De 19 a 20 habrá un proyectazo de consignas en edificios de la ciudad. Algunos de los puntos se pueden ver aquí: https://tinyurl.com/ydd4u27r
A las 20 habrá vivos en redes sociales con la lectura de la proclama. Cada persona y/u organización está invitada a hacer un vivo leyendo el texto acordado.
Desde la organización invitan durante todo el día a que cada una en su barrio haga pegatina de afiches con información útil #NoEstásSola, poner un listón violeta en el balcón o ventana y subir una foto en las redes sociales con carteles que digan Ni Una Menos y las consignas que a cada una la movilice.
Todos los materiales (flyers, afiches, placas para proyecciones, proclama y spots) pueden descargarse del siguiente Drive: https://tinyurl.com/ydy4ykn2
Las principales consignas serán: ¡Ni Una Menos, vivas nos queremos! Ni Una Menos victima de Femicidios, Lesbicidios, Transfemicidios y Travesticidios. ¡Basta de discriminación y violencia simbólica, mediática, obstétrica, política, física, sexual, psicológica, laboral, económica, en la casa y en la calle, en el trabajo y en la pareja! ¡Basta de abusos y acosos! ¡En contexto de pandemia todos nuestros derechos están vigentes!