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Ni una Menos: entre el abandono y la represión, la violencia de género persiste en un contexto de ajuste y punitivismo

A 10 años del femicidio de Chiara Páez, que dio origen al grito colectivo de Ni Una Menos, el Observatorio Mercedes Pagnutti presentó un nuevo informe que alerta sobre la persistencia y profundización de las violencias por motivos de género en Argentina.
Entre el abandono y la represión, la violencia de género persiste

En lo que va del 2025, el Observatorio registró 124 femicidios, lesbicidios y travesticidios, de los cuales el 60,5% fueron cometidos por parejas, ex parejas o familiares, y el 64,5% ocurrieron en el hogar de las víctimas o en espacios compartidos, es decir,  que el hogar es un territorio de riesgo. Esta violencia extrema no solo persiste: se reproduce de manera estructural en una sociedad marcada por la desigualdad, la impunidad y el abandono estatal.

 

“A una década del inicio del movimiento que marcó un antes y un después en la visibilización de las violencias de género, denunciamos que los avances logrados han sido desmantelados por políticas de ajuste, recorte y desresponsabilización estatal. Programas fundamentales como Acompañar, Línea 144, ESI, Plan ENIA y diversas iniciativas de apoyo económico, comunitario y educativo han sido reducidos o eliminados. Esta situación se agrava con el desplazamiento de un enfoque preventivo e integral hacia un paradigma centrado en la seguridad, el control territorial y el punitivismo, promovido además por discursos negacionistas que atacan la perspectiva de género y los derechos conquistados  mientras que, la derecha a nivel mundial persigue instalar la “ideología de género” contra la igualdad de las personas”, aseguraron integrantes del observatorio.

 

El informe del Observatorio Mercedes Pagnutti convoca a reflexionar sobre el retroceso en materia de políticas públicas de género y a recuperar la centralidad de la lucha feminista organizada. Al respecto, la concejala Norma López, referente del Observatorio, expresó: “Mientras los dispositivos de resguardo se saturan, precarizan o cierran, crecen los femicidios en contextos de criminalidad, la falta de acceso a la vivienda, y la desprotección de las personas en situación de violencia. El cambio cultural y de gestión que necesitamos es con nosotras y nosotres en las calles, organizadas y en lucha hasta erradicar todas las formas de violencia y las políticas del crueldad. Ni Una Menos no es solo una consigna, es una exigencia urgente que interpela al Estado, a la sociedad y a todos los niveles de gobierno”.