Search

Nicolás Brussino, el cañadense que fue de la explosión NBA a la era de la madurez en España

El talentoso escolta espera en Zaragoza la posible continuidad de los torneos europeos y repasa una campaña que le permitió dejar su huella en el básquet español. Cañada, Santa Fe, la Liga, la NBA y, obvio, la selección

Si jugar en la NBA con sólo 23 años y apenas salido de la Liga Nacional fue una época de aprendizaje para Nicolás Brussino, la estancia en Zaragoza a sus 27 es la era de la madurez. La consolidación basquetbolística individual en la segunda liga más importante del mundo, la explosión colectiva de un equipo de mediano perfil que está peleando contra los gigantes españoles y europeos, y una etapa superadora en lo humano en la que el chico de Cañada de Gómez le dio paso al hombre que asume la responsabilidad de ser una de las figuras de la nueva generación del basquet argentino. Pero claro, más antipática e inoportuna no podría haber sido la pandemia de coronavirus, que (entre otras cosas mucho más duras y lamentables) le puso un freno al formidable andar de Nico y el Casademont Zaragoza en la Liga Endesa española y en la Champions League.

Por eso al menos por ahora el Pabellón Príncipe Felipe deberá esperar para adivinar ese despegue vertical hacia el aro, esa carrera incontenible de un par de pasos, esa rodilla apuntando al cielo y el largo de brazos que sería envidia de Reed Richards para machacar aro y atravesar red. Nico está enjaulado y espera.

“La cuarentena la estoy pasando en España, en Zaragoza, nos mantenemos a las órdenes del equipo y de los entrenadores, aunque obviamente no se está realizando ningún trabajo colectivo”, explica Brussino, quien desanda las horas entre charlas y pasatiempos: “El tiempo lo paso haciendo un poco de todo, hago videollamadas con mi familia y amigos, juego a la play, miro alguna serie o película. Y también estoy aprendiendo a cocinar comidas más elaboradas, ya que ahora tengo mas tiempo”.

“Con mi familia hablamos por videollamadas de WhatsApp, lo estamos haciendo casi todos los días y eso hace que en estos momentos difíciles estemos mas cerca a pesar de la distancia”, agrega Nico, quien a la distancia intenta frenar al viejo de sus ansias de club y trabajo para que se quede en casa.

El básquet

La incertidumbre para saber si volverá o no la competencia española e internacional se mantiene a la espera de conocer alguna resolución de la organización, ya que las semanas se suceden sin novedades concretas ante la crisis general que se vive en el país: “Por el momento no hay muchas novedades de qué pasará con la liga. Están esperando a ver qué medidas toma el gobierno durante estos días y así tomar una decisión. Pero hasta que esto no mejore y sea seguro muy difícil que sepamos. En la Champions ya hay ideas planteadas para buscar una sede y poder jugar la fase final, pero todo depende de lo que suceda con el control de la pandemia”.

La mirada furtiva pero el tiro preciso, el talento innato nacido en Adeo perfeccionado en el trayecto de Liga por San Martín de Marcos Juárez, Regatas Corrientes y Peñarol de Mar del Plata y, claro, el paso por Dallas y Atlanta en la NBA, antes del desembarco en España.

“Me siento adaptado y con más confianza. Desde que llegué a España estoy yendo de menos a más y eso es algo muy bueno. Pero en esta temporada he dado un salto grande y se están viendo los resultados así que estoy muy contento con la campaña que estoy haciendo”, añade con timidez Nico Brussino. Los números lo explican sin modestia. En Zaragoza lleva 9,8 puntos de promedio con 4 rebotes y 2 asistencias en 22 minutos en cancha en los 23 partidos de la actual campaña, mientras que una temporada atrás en Tenerife su marca fue de 6,2 puntos y 2,2 rebotes en 17 minutos y en su debut en la mejor liga de Europa con Gran Canaria había firmado una estadística con promedios de 6,1 tantos y 2,2 rebotes en 16 minutos por partido. Sus máximas de puntos (21) y de rebotes (10) también llegaron en esta campaña.

“El balance de la temporada es muy bueno tanto en la Liga ACB como en la Champions. Estamos haciendo una campaña positiva  y jugando un básquet muy bueno, este es un equipo muy generoso, en el que no hay muchas individualidades y eso hace que funcionemos como conjunto. Por eso justificamos el tercer lugar actual en la Liga y ya clasificados a los cuartos de final en la Champions”, explica Nico. Y una vez más sus números internacionales ratifican sus palabras: 11,2 puntos en 23 minutos, con 3,9 rebotes, 1,6 asistencias y 1,4 pelotas robadas por juego.

Su tierra, su gente

Pero claro, Brussino no es sólo Zaragoza. Es Argentina, es Cañada, es Santa Fe. Es uno de los pibes del pueblo, ese muchacho que todos saben nunca permitirá que la fama modifique sus hábitos, sus formas y sus amigos, porque el pasado forja el presente y las acciones construyen el destino. Su identidad no cambia.

“Tengo muchos recuerdos de los títulos en inferiores con la selección cañadense, de haber logrado el tricampeonato, de haberlo ganado dos veces en mi ciudad adelante de mi gente, haber salido campeón con amigos, la verdad que son recuerdos muy lindos pero el mejor recuerdo que tengo es haber compartido selección con mi hermano y salir campeón, eso fue increíble y es algo imborrable”, explica el espigado perimetral llamado a ser pieza clave de la continuidad de un básquet nacional que no para de sorprender.

“Con la selección de Santa Fe también los recuerdos son muy lindos, salir campeón en Mar del Plata con la U19 fue genial, la pasamos tan bien en ese viaje, nos  divertimos de una manera increíble dentro y fuera de la cancha y eso hace que el título sea todavía más especial de lo que es”, rememora.

 

La epopeya china

Antes de que llegaran las peores noticias desde el gigante asiático durante este verano, las postales que Argentina tenía presente de China era a un grupo de locos festejando victoria épica tras triunfo utópico, echando a un lado la nostalgia por la Generación Dorada para contagiarse del Alma y conmover al mundo con un subcampeonato tan enorme e inesperado. Al menos para el resto del universo.

“Me acuerdo de toda la preparación que hicimos para el torneo, de empezar ganando los Juegos Panamericanos, y después en el Mundial de ir a cada partido como si fuese una final. A nivel de concentración, intensidad, de la preparación de cada partido fue algo único. Creo que esa fue la clave de todo, que confiamos al máximo en el equipo a pesar de los rivales y por eso creo que nos fue tan bien”, resume Nico, y una vez lo hace parecer sencillo.

“A nivel selección creo que dejamos una muy buena imagen y no por haber llegado a la final sino por el alto nivel basquetbolístico que demostramos y creo que para los Juegos Olímpicos trataremos de lograr eso, de jugar ese tipo de básquet. Después podés ganar o no, pero creo que ese será el objetivo”, analiza el cañadense sobre el próximo gran torneo que se viene. Y aunque hoy la situación del mundo tenga en espera a los torneos, también tiene un deseo para cerrar la actual campaña en Zaragoza: “Seguir manteniéndonos en los puestos altos  y entrar a playoffs es el primer objetivo y después poder llegar lo más lejos posible”.

A cocinar, a entrenar un poco, a charlar con la familia y a pasar el tiempo para volver a jugar. La versión Brussino pos mundialista tiene talento y explosión, pero también regularidad. La era de la madurez basquetbolística.

10