Una jueza británica anunció este lunes que no autorizará la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, debido a preocupaciones en torno al impacto sobre su salud mental.
Assange, de 49 años, es reclamado por la Justicia estadounidense, que quiere juzgarlo por haber publicado documentos militares y diplomáticos estadounidenses secretos y que lo acusa de cargos de espionaje por lo que podría recibir hasta 175 años de cárcel.
Estados Unidos dice que Assange puso en peligro la vida de sus informantes con la publicación de los documentos secretos sobre las acciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán, que revelaron actos de tortura, muertes de civiles y otros abusos.
El activista australiano y sus abogados han rechazado los cargos y dicen que el caso tiene motivaciones políticas, y que una extradición y un juicio contra Assange en Estados Unidos supondría un duro revés a la libertad de expresión y el derecho a la información
La jueza Vanessa Baraitser detalló evidencia presentada por la defensa de las intenciones suicidas de Assange y dijo: «La impresión general es la de una hombre deprimido y por momentos desesperado», informó la cadena BBC.
La decisión de la jueza puede ser recurrida por ambas partes, lo que podría prolongar la larga saga judicial que rodea al periodista y activista australiano.
Los problemas legales de Assange comenzaron en 2010, poco después de que su web WikiLeaks publicase cientos de miles de documentos militares y diplomáticos confidenciales que pusieron a Estados Unidos en más de un aprieto.
Entre ellos figuraba un video en que se veía cómo helicópteros de combate estadounidense disparaban contra civiles en Irak en 2007, matando a una docena de personas en Bagdad, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.
Assange está recluido en una prisión londinense de alta seguridad desde su detención en abril de 2019 en la Embajada de Ecuador, donde vivió refugiado siete años.
La defensa del australiano, coordinada a nivel internacional por el exjuez español Baltasar Garzón, denunció en el pasado que el presidente estadounidense Donald Trump quería hacer con él un castigo «ejemplar» en su «guerra contra los periodistas de investigación» y que Assange no tendría un juicio justo en Estados Unidos.