El nieto 116 “nunca había sospechado que podía ser hijo de desaparecidos”, dijo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, en referencia al joven nacido en cautiverio en el centro clandestino que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada.
En conferencia de prensa, la titular de Abuelas resaltó que el joven se acercó a la sede de la institución «pocos días después del encuentro de Ignacio Guido Montoya Carlotto», su nieto buscado durante más de tres décadas.
El joven, del que aún no se informó el nombre, es hijo de Ana Rubel y Hugo Alberto Castro, militantes del Frente Argentino de Liberación (FAL) que fueron secuestrados en enero de 1977 y permanecen desaparecidos. La mujer fue trasladada a la ex Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), «donde dio a luz a su hijo sietemesino con un peso de menos de dos kilos», precisó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
«El hijo de Ana Rubel y Hugo Castro decidió indagar sobre su identidad en agosto. Fue a los pocos días de conocerse la restitución de Ignacio Guido Montoya Carlotto, cuando una persona cercana a la familia que lo crió se animó a confesarle que no era hijo de quienes decían ser sus padres», agregó Carlotto.
“Él nunca había dudado de su identidad, ni había sospechado que podía ser hijo de desaparecidos», remarcó.
«Cuando el nieto se enteró de esto, el hombre que lo crió le confesó que se lo entregaron en el hospital Pedro Elizalde. Le contó que dos personas entraron con un bebé prematuro en brazos y, como nadie lo reclamaba, se lo quedó y lo inscribió como hijo propio», relató Carlotto.
Tras ello, el joven Castro Rubel se acercó al organismo «el 16 de octubre pasado para comenzar la búsqueda sobre su origen» y, al conocer su historia, «recibió la noticia con alegría y tranquilidad, pudo contactarse con su familia y visitó la sede de Abuelas para brindar como en cada restitución», indicó.
En referencia a los demás nietos recuperados y la relación con sus apropiadores, Carlotto destacó: «Todos los que los criaron, robaron y quisieron criar enemigos de sus padres, reforzaron más la personalidad que traían, porque después, cuando se liberaron, la ejercieron y están siendo parte de la historia argentina: parlamentarios, militantes, artistas que todo lo hacen en función de la verdad, la memoria y la justicia».
«Esperamos, de corazón, que esta noticia empuje a quienes cuentan con datos sobre nuestros nietos a romper el silenció. La verdad, lejos de causarle un daño, los hace libres», concluyó.
En tanto, la directora de la Comisión Nacional para el Derecho a la Identidad (Conadi), Claudia Carlotto, contó que «los abuelos (de Rubel Castro) están fallecidos», pero «tiene una tía materna, que se llama Perla, y un tío paterno, llamado Rubén, y varios primos».
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos y también hijo de desaparecidos, Martín Fresneda, afirmó que «es un gusto, antes de las Fiestas, poder hacer este anuncio».
«Luego de la identificación del nieto de Estela, los niveles de denuncias fueron extraordinarios», destacó el funcionario nacional, a la vez que manifestó: «Cada día que pasa es un día menos de la identidad de nuestros hermanos y cada día que recuperamos un nieto es un día más de libertad de nuestros hermanos con la verdad y la justicia».