En el camino de potenciar su llegada a otros públicos por fuera de los habituales concurrentes al teatro de producción local, Esse Est Percipi, grupo de trabajo, gestión y producción teatral local con más de dos décadas de recorrido, dará a conocer este sábado su nueva obra, Trigo limpio, mientras lleva adelante una nueva edición del Ciclo de Teatro Transgénico cada domingo, gira con otros de sus montajes por el país, y planea la preproducción de una nueva obra de la que pronto comenzarán los ensayos.
Bajo la dirección de Gustavo Di Pinto y con las actuaciones de Sandra Cariolo, Analía Saccomanno, Damian Sanabria y Diego Lombardeli, la obra, de fuerte impronta musical, una marca en muchos de los trabajos de los Percipi a lo largo de los años, crea una fantasía alrededor de Trigo Limpio, un trio musical español surgido en 1975, que a partir de la década de los 80 inició una carrera a la cumbre del éxito en todos los países de habla hispana, excepto en la Argentina.
“Esta obra surge de este pequeño grupo que es parte del gran colectivo teatral que es Esse Est Percipi: queríamos hacer humor e incluir lo musical; de hecho, lo musical es una marca en el grupo y podría ligar a Trigo limpio con trabajos de otros tiempos como Rosa, Rosa y la pared o Arroz con pena, e incluso con otras más recientes como Quiero que gustes de mí y Quiero gritar que te quiero, entre otras”, dijo Di Pinto respecto del origen del montaje.
Ema y Uma, dos de las fanáticas del mentado trío español, quizás las únicas en la Argentina, tratan de sostener la banda relanzándola, pero para ello necesitan de un tercero. Antonio, un maleante oportunista con problemas amorosos, llega a sus vidas para recomponer el trío y al parecer muchas cosas más.
“Básicamente, buscamos explotar el humor, y como lo hacemos siempre, partimos de una idea pero no hay un texto previo, es improvisar a partir de esa idea sin nada escrito de antemano. Este recorrido tenía que ver con la búsqueda de la felicidad en la ficción, en el arte, en el teatro y en la música. Fue así que empezamos con entrenamiento en clown, técnicas vocales y danza; y mientras investigábamos, descubro al grupo musical Trigo Limpio, que no tenía ni idea de su existencia. Me llamó la atención de que no fueran muy conocidos en Argentina aunque sí lo eran en el resto de los países de habla hispana”, se explayó Di Pinto, quien junto a Gonzalo Ortiz ideó esta comedia que alterna las distintas situaciones que suceden tanto en escena como en la vida misma de los protagonistas, mediante un texto atravesado por momentos musicales, que ahonda en el paradigma existencial de las mujeres y las relaciones de subyugación y dominación que suelen entablar, sobre todo, en relación con el fanatismo por algunos grupos musicales.
“A partir de tener la idea y algunas escenas, y la irrupción de la historia del grupo musical, vimos que teníamos una beta por la que podíamos ir: las dos mujeres son las únicas fanáticas que el grupo tenía en la Argentina, que una vez que Trigo Limpio se disuelve, deciden su relanzamiento, esta vez en el país. El inconveniente es que a estas dos fanáticas les faltaría un integrante masculino para armar el trío, y es cuando se lanzan a la búsqueda de alguien que sea tan «trigo limpio» como ellas”, repasó el actor, director y dramaturgo.
Impronta musical
En la historia, aparece un hombre que, más allá de sus aptitudes musicales, resulta no ser “trigo limpio”, frente a dos mujeres y una voz (el restante personaje) que pondrá en contexto la historia de este trío tanto sobre el escenario como detrás de él, entre canciones y coreografías. “La música está presente en todo el montaje: los actores cantan y bailan; en el contexto de esa ficción están ensayando un show porque están preparándose para el relanzamiento del trío. Hay números musicales y por eso buscamos la excelencia que nos exigió un gran entrenamiento, y en medio de todo eso, se filtran las vidas personales de Ema y Uma, que atraviesan graves problemas afectivos más allá de que, como artistas, podrían tener mucho éxito”, analizó Di Pinto.
Y completó: “La obra plantea un doble juego en relación con la moral respecto de quién está en condiciones de ser «trigo limpio»; poder ser un integrante de la banda, en términos éticos, también está planteado el dilema ético de todo artista, y entonces allí se filtran otras cosas, dejando en claro que no alcanza con ser un buen artista, hay que ser buena persona”.
Finalmente, Di Pinto, quien acredita una vasta trayectoria en el ámbito teatral local, de proyección nacional, habló del público: “Con el grupo, desde hace un tiempo, estamos en el camino de ampliar el público que acompaña nuestras obras; queremos acercar el público a La Morada que es el lugar en el que trabajamos, romper un poco algunos límites que nos autoimponemos. Nosotros somos un grupo amplio, con un largo recorrido, y en el que todas las estéticas pueden convivir”.
Para agendar
Trigo limpio, los nuevo de Esse Est Percipi, tendrá su estreno este sábado, a partir de las 22, en la sala La Morada, de San Martín 771