En noviembre de 2018 cuatro personas que viven en la provincia de Santa Fe hicieron el trámite en el Registro Civil para cambiar el nombre y género en la partida de nacimiento, el primer paso para después tramitar el DNI con una nueva identidad. Con el apoyo de las ex secretarías de Diversidad Sexual y Derechos Humanos y con los fundamentos de la Ley de Identidad de Género de 2012, pidieron que en el casillero de sexo no dijera femenino ni masculino sino “género no binario”. Seis meses después, recibieron una respuesta informal en la que les ofrecieron completar la partida con la frase “identidad autopercibida”. Las cinco personas la rechazaron. Argumentaron que todos los géneros son autopercibidos y que la autopercepción no es una identidad, como sí lo son varón, mujer, trans, travesti o no binarie. A más de un año de iniciado el trámite, aún no tuvieron respuesta y siguen sin acceder al derecho al cambio de identidad, teniendo que usar todos los días un DNI con un nombre y un género con el que no se reconocen. Desde la nueva gestión del Registro Civil dijeron a El Ciudadano que buscarán una solución integral con otros niveles del Estado.
En Santa Fe otras dos personas aceptaron la acepción del registro Civil de “identidad autopercibida”, en junio de 2019 y la semana pasada. A nivel nacional dos personas fueron reconocidas como no binarias, en Mendoza y Tierra del Fuego. En los dos casos, lo lograron por la vía judicial. En Mendoza consiguió que la partida no diga ni femenino ni masculino. En Tierra del Fuego, que consigne género no binario/igualitario.
Derecho a la identidad
La Ley de Identidad de Género de 2012 reconoce el derecho a la identidad autopercibida de todas las personas que viven en Argentina. Fue una normativa impulsada por las organizaciones de diversidad sexual, en especial travestis y trans que por primera vez accedieron al derecho a ser nombradas con el nombre y el género autopercibido. Si bien el texto no especifica que hay que elegir entre femenino o masculino, en la práctica las partidas de nacimiento y los DNI se han dividido en ese binarismo.
Las personas no binarias no se perciben varón ni mujer. Muchas piden ser nombradas con la E del lenguaje inclusivo. Este colectivo empezó a ser visible en 2018 con las primeras asambleas en distintas ciudades del país.
A fines de 2018 cuatro personas ingresaron en el Registro Civil el pedido para que en el casillero de sexo del DNI no haya F de femenino ni M de masculino y que dijera “género no binario”. Además solicitaron el cambio en sus nombres. Son Wan Auel Sarra, Salvador Amparo Fernández Uber, Lara Perugini y Camile Crespo. Lo hicieron de manera colectiva con el acompañamiento de las ex subsecretarías de Diversidad Sexual y de Derechos Humanos, que asesoraron jurídicamente y aportaron fundamentos basados en la Ley de Identidad de Género. Otros dos pedidos entraron de manera individual, también avalados por las subsecretarías.
Desde el Registro Civil, que en la gestión provincial socialista estaba conducido por Gonzalo Carrillo, informaron que darían una respuesta conjunta a todos los casos. En junio de 2019 se comunicaron con el grupo para decirles que iban a usar el término “género autopercibido”. Una de las personas lo aceptó. Cuatro lo rechazaron y mandaron una carta informándolo. Desde entonces no tuvieron respuestas.
“Informalmente nos dijeron que no iba a haber otra forma sino esa. Estamos evaluando ir a la Justicia. Decir identidad autopercibida nos parece una falta de respeto hacia nuestra identidad y las demás. Todas las personas nos autopercibimos en un género. Este término nos deja un margen de discriminación, nos invisibiliza y deja conforme a les polítiques, no a nosotres, no nos ayuda a avanzar, sino retroceder y nos marcan como diferentes”, explicó a El Ciudadano Camile Crespo, una de las personas solicitantes, quien agregó que no acceder al cambio de identidad es un problema porque el DNI es de uso diario y siguen teniendo los nombres asignados al nacer y no los que eligieron.
La semana pasada se conoció la noticia de que Tegan Guanco, una persona no binaria de 24 años de Casilda, había aceptado la partida de nacimiento con el término “identidad autopercibida”. Había hecho el trámite en agosto de 2019 y si bien reconoció que no es lo que pidió, decidió aceptarlo para poder tramitar el DNI con el nuevo nombre.
Nuevo Registro Civil
Luisina Giovannini es la nueva directora del registro Civil de Santa Fe. Consultada por este medio sobre el pedido de las personas no binarias respondió que la nueva gestión tomará el antecedente provincial, aunque lo consideró una solución parcial. También dijo que articularán con la Secretaría de Igualdad y Género de Santa Fe.
“El abordaje tiene que ser integral para brindar una respuesta concreta. Tenemos esta solución parcial que ha sido fundante como norma administrativa con una cuestión interpretativa de la Ley de Identidad de Género, de la reglamentación de la actividad registral y de la Ley de Identificaciones. Pero no nos debemos quedar allí. Las personas necesitan una respuesta concreta para formar una verdadera política pública que nos sirva a todos y que no queden en trámites truncos. Por eso, es necesario articular de manera nacional y que desde el Renaper se pueda definir de manera conjunta”, opinó.
Consultada sobre el pedido de quienes rechazaron el término dijo: “No se presentó recurso contra la calificación que motivara la revisión en otra instancia. Igualmente, me quiero reunir con las personas interesadas para explicarles cómo queremos abortar el tema. Las distintas concepciones de género deben estar incluidas y la solución tiene que ser coordinada para que no que dejemos a las personas a mitad de trámite. Si bien dimos un paso en la provincia, tenemos que lograr que se articule y se tengan en cuenta todos los planos. Implica actualizar bases de datos y legislación que hay para hombre y mujer y para eso tenemos que tener una mirada amplia y profunda. No me sirve de nada hacer la partida de nacimiento si después no le hacen el DNI y queda la persona varada. Cuando surge una necesidad, desde el Estado tenemos que dar respuesta y tratamiento”.
Santa Fe: reconocen identidad autopercibida a persona no binaria
La identidad no se negocia
En marzo de 2019 la activista travesti Lara Bertolini consiguió un reconocimiento histórico. Pidió que su documentación dijera “femineidad travesti” porque no se autopercibe en el binomio varón-mujer. Uno de los argumentos usados surgió del juicio por el asesinato de Diana Sacayán, cuando por primera vez se reconoció la figura de travesticidio. El planteo de Bertolini es que si se reconoce la identidad travesti con la muerte, debería aceptarse en vida. La demanda fue aprobada en primera instancia pero la Dirección del Registro Nacional de las Personas (Renaper) y el Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires se opusieron al pedido. En diciembre la Sala G de la Cámara Nacional en lo Civil avaló la negativa. Bertolini anunció que llevará el reclamo a la Corte Suprema nacional, con el respaldo de Alejandra Gils Carbó como abogada.
Bertolini hace teoría jurídica travesti y fue una de las que se opuso a la terminología de Santa Fe. Se identifica como no binaria porque, explica, las travestis romper el par hegemónico varón-mujer. En diálogo con <El Ciudadano> opinó: “Venden la resolución de Santa Fe como un logro histórico cuando es un mamarracho jurídico. Es el concepto de la ‘loca autopercibida’ cuando autopercibido no es una identidad. No se trata de que nos digan cómo nombrarnos. La Ley de Identidad de Género es clara: la persona se define como tal, no puede venir el Estado a negociarte el género. Las personas que aceptaron tuvieron que negociar su identidad no binaria con un grupo de personas que ya gozan de su derecho identitario”.
Para Bertolini hay que ir hacia el concepto de multiplicidad de género. Considera que el problema no es la ley sino la reglamentación. “La ley no define dos sexos, habla de género. Tiene que haber una reforma reglamentaria porque hay una resistencia del aparato administrativo estatal que va en contra de las leyes. Eso es vergonzoso. El aparato administrativo debe cumplir la ley”, dijo y agregó: “En mi fallo, el Renaper insiste con conceptos biologicistas, cita a la Real Academia Española, argumenta que tienen que cambiar todo el sistema si me dan el DNI de feminidad travesti. Y sí, obvio que hay que cambiar los aparatos del Estado y no es de un día para el otro. Pero hay que empezar con los pedidos que se hacen y no rechazarlos. Porque nos llevan a judicializar. Estos rechazos van en contra de las luchas de los grupos sociales por la identidad, que es el principio de la dignidad humana”.
A nivel nacional
El primer caso de reconocimiento de identidad no binaria fue en Mendoza y disparó otros pedidos en el resto del país. Fue en noviembre de 2018 cuando la Justicia de la provincia andina reconoció a una persona que había pedido llamarse Gerónimo Carolina. Consiguió el cambio de nombre y que en el documento no esté definido el sexo.
Cuando salió el fallo de la Corte Suprema mendocina, Eleonora Lamm, la abogada y funcionaria judicial que tomó el caso, explicó: “El género no es uno ni dos. Son tantos como identidades que hay. Esta es una persona no binaria. No es que se siente mal, pero no se identifica con ninguno de los dos géneros”. El fallo llevó a la diputada de Río Negro, Silvia Horne, a presentar un proyecto en el Congreso Nacional junto a la Federación Argentina LGBT. Pedía eliminar la categoría “sexo” de los documentos de identidad argentinos. El proyecto de ley está escrito en lenguaje inclusivo con E.
En diciembre de 2019 llegó el reconocimiento a la Patagonia. La Justicia de Tierra del Fuego hizo lugar a un recurso de amparo y le ordenó al Registro Civil provincial que inscriba a una persona con sexo “no binario/igualitario”.
El Registro había rechazado el pedido de una persona de 25 años. Con el patrocinio de abogados locales de la Organización No Gubernamental (ONG) “Red Diversa Positiva”, se presentó un recurso de amparo y la respuesta fue el fallo que obligó al organismo a que en un plazo de cinco días haga una nueva partida de nacimiento y un nuevo DNI en el que figure el cambio de nombre y, en el casillero correspondiente al sexo, se haga constar no binario/igualitario. Fue el primer fallo judicial de esta clase en territorio fueguino.