En lo que fue su última actividad oficial en Estados Unidos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner participó de un foro sobre gobierno de la Universidad de Harvard donde respondió preguntas de los estudiantes. Si bien reiteró críticas hacia los organismos internacionales sobre su rol en la solución de la crisis, también se refirió a políticas locales; en ese sentido dijo que «no hay un cepo cambiario» en Argentina y por primera vez habló sobre la posibilidad de reformar la constitución para habilitar un tercer mandato.
«No es la responsabilidad, ni el deseo de esta presidenta una reforma constitucional», aseguró la primera mandataria en lo que fue su primera expresión sobre su futuro político después de 2015.
También remarcó que la Constitución «no permite» un tercer mandato consecutivo en el Poder Ejecutivo. «No se trata de lo que yo quiero, sino de lo que puedo y debo. En realidad es una cuestión abstracta porque la Constitución no lo permite, va más allá de lo que quiera».
«En mí país se discuten muchas cosas», subrayó y enumeró los proyectos en danza en el parlamento argentino como el voto a los 16 y el aborto, entre otros. Y continuó: «La constitución no permite mi reelección».
Cristina advirtió además que «creo que se quiere instalar una discusión que puede existir en determinados sectores de la sociedad pero que no es competencia de la presidenta».
Al respecto, recordó que la reforma de la Carta Magna «nunca dependió de un partido, salvo la del ’49’ y rememoró que la última modificación del año 1994 tampoco fue hecha por un partido sino por el conjunto de los que integran el Congreso de la Nación. ‘La Constitución no permite mi reelección como Presidenta o sea que va más allá de lo que yo quiera», acotó.
En otra pregunta se la consultó sobre sus planes una vez que concluya su mandato pero la mandataria respondió: «Después de lo que me ha pasado en la vida, no hago planes. Me he acostumbrado a no planificar», una frase que podría ser tomada por los acérrimos promotores de la re-ree para decir que no todo está dicho y que la respuesta sobre la reforma constitucional representa un deseo sólo del presente. Es más, hace unas semanas en San Juan ante los pedidos de un nuevo mandato, Cristina dijo que «estará donde le toque estar» en el futuro.
La mandataria completó su respuesta asegurando que es «muy creyente» y citó la siguiente frase: «Si quieres ver sonreír a Dios, cuéntale tus sueños». «Eso me dio una comprensión desde lo personal y lo político de que vivo cada día como si fuera el último y gobierno como si fuera el último, con toda la fuerza. Por eso no planifico tanto como antes», acotó.
La jefa de Estado arrancó su disertación con un largo discurso (el día anterior, en Georgetown, fue más breve) en el que destacó los logros de su gestión en materia de derechos humanos y respecto de la política económica.
Antes de su alocución se disculpó por la demora en arribar al claustro universitario y culpó al «horario neoyorquino», en particular al tráfico. También corrigió al presentador que le había quitado nueve años de edad: «Me encantaría haber nacido en el 64, pero no, nací en el 53».
La charla comenzó distendida pero por momentos de volvió un tanto tensa. Más ante las consultas sobre el cepo cambiario, la libertad de expresión y sobre el incremento de su patrimonio. Respondió a todo pero no dejó pasar oportunidad criticar a sus entrevistadores. «No vine a la escuela de periodismo, vine a la escuela de gobierno. Me parece -si se me permite- poco académico, esperaba otro tipo de análisis», lanzó por lo bajo.
Minutos antes había dicho que la denominación de «cepo cambiario» es un concepto mediático, y afirmó que «como presidenta me veo en la obligación de cuidar las reservas» monetarias de «todos los argentinos».
«No es cepo, cepo sería que nadie pudiera utilizar dólares», señaló, dijo que «hay un gran desconocimiento» en algunos sectores que critican las políticas cambiarias, y sostuvo que «algunos se enojan mucho porque tal vez no puedan justificar de donde sacan los fondos» para comprar moneda extranjera.
También reflexionó que «más que una crisis económica, se vive una crisis política», al referirse a la crisis económica que se vive en los países desarrollados. «Hay una nueva etapa donde los conflictos no se resolverán desde una misma óptica», dijo en su visita a la universidad que está en Boston.
Antes de partir a Boston para hablar en la Universidad de Harvard, se reunió en Nueva York con el CEO de la petrolera Exxon, Rex Tillerson, con quien analizó la posibilidad de acelerar junto a YPF el desarrollo de gas y petróleo no convencional en la Argentina.
En la reunión, que se extendió por más de una hora, se acordó un plan para realizar próximos encuentros técnico-comerciales para evaluar las condiciones para un desarrollo conjunto en materia de recursos no convencionales, según informó YPF.
Pese a que más de una pregunta pareció incomodarla, la presidenta aceptó dos consultas más. La última fue de un estudiante salteño que vive en Estados Unidos y consultó sobre la RSE a nivel global, la consulta distendió un poco y dio por finalizada la conferencia. Una vez terminada Cristina se retiró del lugar y se pasó por alto una recepción en su honor para 70 invitados que le habían organizado.
