«No es la ley que más me gusta. En absoluto. Pero es la ley posible», defendió el senador nacional por Santa Fe Roberto Mirabella la norma aprobada en la Cámara alta por la que se modifican los porcentajes de corte de biocombustibles en naftas y gasoil, entre otros puntos.
Los cambios introducidos, sostuvo Mirabella durante la sesión en la que se sancionó el nuevo marco regulatorio, apuntan a que la «industria que tanto ha crecido en nuestro país y en particular en Santa Fe siga creciendo y se sigan sosteniendo los niveles de actividad, de empleo y de exportaciones».
El nuevo marco regulatorio, una vez que sea promulgado tras ser convertido en ley este viernes, reemplaza al que funciona desde hace quince años, que había vencido en mayo pasado y que fue extendido provisoriamente por el Ejecutivo. Propone un corte de biocombustibles del 5% para el gasoil y el biodiesel, y del 12% entre naftas y bioetanol, entre otras medidas.
El proyecto fue sancionado con 43 votos a favor y 19 en contra. La medida, que fue sancionada con los cambios introducidos en Diputados, recibió el apoyo del oficialismo y de algunos legisladores de la oposición que representan a las provincias de Jujuy y Tucumán, beneficiadas con la medida por ser productoras de caña de azúcar, una materia prima con especial tratamiento en el texto.
Mirabella admitió que «el debate fue intenso» y explicó cómo sigue, frente a los cuestionamientos de la oposición y algunos sectores empresariales: «Tuvimos un diálogo con el secretario de Energía de la Nación y él se comprometió conmigo, con el bloque (del Frente de Todos), con el presidente del mismo, a construir, a debatir y a formular en conjunto la reglamentación de la ley».
La normativa, señalaron desde el oficialismo, tiene por objeto contemplar los vaivenes de precios, abastecimientos y presiones sobre otros ítems del complejo esquema de los biocombustibles y su relación con las importaciones.
Parte de las críticas a los cambios partieron de la provincia de Santa Fe, una de las mayores productoras de combustibles vegetales. Mirabella recalcó su compromiso con la provincia y su vocación para «defender muchas actividades económicas que son primordiales, como el caso de la carne, de la leche, de la maquinaria agrícola o en este caso de la producción de biodiesel».
Los precios y las cantidades son ejes de las críticas a los cambios finalmente aprobados. El senador por Santa Fe se explayó sobre la etapa que sigue, la de la reglamentación de la ley, para limar posibles perjuicios en su aplicación. «Nosotros le planteamos que queremos un fondo compensador, porque ese diferencial entre gasoil importado hoy y el biodiesel local no es significativo y eso se podría compensar con un fondo. No es significativo. Equivale en un año a un mes del plan de gas, o a seis barcos de gasoil de los 50 que vienen al país para abastecer a Cammesa (mayorista energética)”.
La ahora ley reduce del actual 10% al 5% el corte de la mezcla biodiesel-gasoil. Pero, en el caso del combustible elaborado a base de caña de azúcar, marca que los volúmenes deberán ser del 6% de la mezcla mínima obligatoria, y del mismo porcentaje para el bioetanol a base de maíz. Con todo, faculta a la autoridad de aplicación, la Secretaría de Energía, a modificar los porcentajes cuando considere que es necesario por razones de abastecimiento de la demanda, balanza comercial, promoción de inversiones en economías regionales o consideraciones tanto ambientales como técnicas.
Además, el nuevo régimen, con vigencia hasta 2030, prevé exenciones relacionadas con el Impuesto al Valor Agregado y el de Ganancias para la adquisición de bienes de capital u obras de infraestructura en el sector, y dispone que los bienes afectados no integrarán la base de imposición del impuesto a la Ganancia Mínima Presunta.
También establece que los biocombustibles no estén alcanzados por la tasa de Infraestructura Hídrica, por el impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Gas Natural, ni el que grava la transferencia a título oneroso o gratuito, o sobre la importación de gasoil. Lo mismo para los tributos que en el futuro puedan sustituir o complementar a los anteriores.
Pionera
Mirabella recordó que Santa Fe «fue la primera provincia argentina que sancionó una ley de biocombustibles y se quiere impulsar el B100 para todo el transporte público automotor, para el parque automotor del Estado y de los municipios, para el transporte fluvial y para premiar a las empresas que ganan licitaciones públicas que usen biocombustibles».
Problemas de definición
Tras insistir que lo votado es la normativa «posible», aunque no perfecta, el senador santafesino consideró «que la definición de biocombustibles es acotada», que «no contempla el biogás, por ejemplo, o que no contempla a los bio de segunda generación».
Y resaltó que la norma implica para Santa Fe «un impacto importante si se cae la producción de biodiesel». Explicó: «Si se reduce el corte podríamos tener una pérdida de 400 millones de dólares en la industria del biodiesel y de 360 en la de aceitera de soja. Además de caer la recaudación tributaria provincial en un estimado de 13 millones de dólares».
De afuera o de acá
Mirabella se refirió al tema de la importación de gasoil. ”La Argentina importó el año pasado aproximadamente 520 millones de dólares en gasoil para automotores, 340 millones para las usinas eléctricas y 76 para las naftas, lo que da un total de alrededor de mil millones de dólares», repasó el legislador. Y en base a esas cifras, preguntó: «¿Nos conviene importar gasoil y no producir biodiesel? Esa disyuntiva me parece trascendente y estratégica, porque si hablamos de sustituir importaciones, acá hay un factor clave”.