El oficialismo del Palacio de los Leones lo sabía: la cercanía de las elecciones legislativas contamina las negociaciones políticas. Y ocurrió con el pedido de endeudamiento que cursó el Ejecutivo rosarino y que terminó naufragando en el Concejo por el rechazo de parte de la bancada del PRO en ese cuerpo. El revés fue el martes, pero los cruces continuaron: la intendenta Mónica Fein interpretó precisamente que los votos negativos en la comisión de Gobierno –que obturaron el tratamiento en el recinto– tienen la marca de un año electoral.
El secretario de Gobierno del municipio, Gustavo Leone, fue más ácido: “El PRO en Rosario no tiene dirección. Unos van para un lado, otros para el otro. Se dicen y se desdicen”, dijo sobre una fuerza a la que calificó como “cáscara vacía” y sobre la que abundó con ironía al repetir una comidilla: “En los distintos ámbitos de la ciudad en los que se habla de ellos, se los referencia con aquel viejo teléfono de Entel, que sólo funcionaba a monedas”. Esperable la réplica, llegó por boca del diputado Roy López Molina, quien alimentó el ida y vuelta al advertir que su sector “evalúa” la posibilidad de “denunciar penalmente” al funcionario por sus declaraciones. “Si él tiene pruebas de que en esta discusión política alguien hizo lo que dice que nosotros hicimos, que vaya a la Justicia”, contraatacó el diputado del PRO. Y calificó a la gestión comandada por Fein como “deudor crónico, porque la plata que pidió para obras la destinó a otra cosa, y quebró la confianza”.
Desde el Ejecutivo municipal, también salió al cruce del PRO el secretario General, Pablo Javkin, poniendo otra vez el eje en las especulaciones electorales que el oficialismo achaca en este debate por el endeudamiento al partido del presidente Mauricio Macri: “Hay que salir de la idea de que en cada elección vale decir cualquier cosa, y descalificar a gente con la que al otro día te juntás a comer. No va más eso. Eso es humo para tapar soluciones a los problemas de verdad”, dijo el ya lanzado candidato a concejal para los comicios de octubre. Y, armando un bumerán con uno de los latiguillos con los que el PRO arremete contra el kirchnerismo, remató: “Hay una idea de importar a la ciudad un modelo de grieta de conflicto, aunque es un sector que cree que si le bloquea proyectos a la ciudad le ofrece más posibilidades electorales. Y nunca fue así en Rosario. Y no debe ser así”.
Fein, por su parte, agregó otro elemento a los cruces: dijo que negar la posibilidad de tomar deuda para realizar obras de infraestructura –otro de los objetivos expuestos en el pedido oficialista es el de capitalizar el Banco Municipal– es echar leña sobre el fuego de la desocupación, dado que los proyectos que se planeaban financiar con los fondos obtenidos generarían puestos laborales en un contexto de recesión como el actual.