Es una posibilidad, apenas eso. Pero hubo contactos desde Central con Damián Musto para saber si existe alguna chance de repatriarlo. Y la posibilidad, aunque compleja, existe. ¿De qué depende? Principalmente, de que el volante casildense pueda salir de Tijuana de México sin cargo, donde todavía tiene por cumplir un año de contrato.
El primer problema por resolver es que, con un año de vínculo por delante, Xolos no cederá fácilmente a Musto. Es que si lo deja ir a préstamo sin renovar el convenio, perdería el pase del volante que, en su momento, le costó algo más de un millón y medio de dólares. Y Central, al menos por ahora, no asoma dispuesto a poner dinero para readquirir la ficha del mediocampista.
A favor de la vuelta, Musto vería con buenos ojos un regreso a Central. Pero, lógicamente, el jugador no estaría dispuesto a resignar dinero del importante contrato que tiene firmado hasta junio de 2020 con los aztecas. Aunque es allí donde podría aparecer Christian Bragarnik para allanar el camino. Es que el empresario futbolístico, al frente de la llegada de refuerzos en este mercado para el Canalla, tiene muy buena relación con los dueños de Xolos.
De todos modos, lo único concreto es la intención canalla de sumar a Musto al equipo de Diego Cocca. No hay ninguna negociación en marcha. Y que el técnico auriazul, que ya dirigió al volante en Tijuana, ya habría dado el okey para que se trabaje en esta opción, que tiene que ver más con un deseo de la dirigencia que con un pedido expreso del DT.
Musto, que el próximo 9 de junio cumplirá los 32 años, viene de jugar en el Deportivo Huesca de España, uno de los equipos que descendió a la Segunda División. En Huesca el Alazán compartió plantel con los también argentinos Martín Montovani (NdR: hace un par de mercados sonó como posible refuerzo auriazul) y Ezequiel “Chimy” Ávila (ex Tiro Federal y San Lorenzo).
Durante la temporada en España, Musto fue generalmente titular. Disputó 24 de los 38 partidos del torneo, que finalizó ayer. Y estuvo desde el minuto inicial en 20 de esos encuentros. No marcó goles y recibió 11 amarillas. Además, jugó desde el arranque un partido de Copa del Rey, el único que jugó Huesca en esa competencia.
La chance de que Central pueda repatriar a Musto, existe. Pero no hay ningún tipo de negociación abierta. El mercado de pases de este receso será largo y habrá vaivenes. Con poco dinero en la billetera, al menos por ahora, los auriazules necesitarán mucho ingenio y gestión para remodelar el plantel y cumplir con los deseos de Cocca. Y la posible vuelta de Musto no escapa a ese contexto.
El mal recuerdo del doping
Hoy es apenas un mal recuerdo. Pero Musto fue sancionado por doping en los primeros días del año pasado. Fue un caso atípico, ya que la suspensión de 7 meses que recibió el casildense llegó en enero de 2018 y fue por dar positivo en el control de un partido disputado en junio de 2017, cuando aún pertenecía a Central. Sucedió después de un empate entre los auriazules y Talleres, 3-3 en el Gigante.
La Organización Nacional Antidopaje (ONAD) lo notificó del resultado positivo de aquel control por la utilización de un diurético. Pero fue autorizado a seguir jugando, ya que la sanción se hizo oficial luego de la contraprueba, unos meses después.
Lo concreto es que, finalmente, Musto recibió 7 meses de sanción, que corrieron desde la notificación oficial, y los cumplió el 16 de agosto de 2018. Por lo que no se perdió casi nada de competencia en México jugando para Xolos. Pero la situación lo complicó en el mercado de mitad de año pasado. Allí, River y Racing lo tuvieron en la mira como posible refuerzo pensando en las etapas finales de la Libertadores. Pero el tema doping, sumado a las dos fechas que debe en partidos de Conmebol, terminaron derribando cualquier chance.
La demora en el informe del doping debió al cambio de laboratorio durante el proceso. La orina fue derivada a un centro de estudios de Francia que luego perdió la aprobación de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). De esta manera, la muestra se envió a España y allí se detectó la presencia de una sustancia conocida como hidroclorotiazida, un diurético prohibido.