Los trabajadores de la empresa Allocco cortaron ayer durante tres horas el acceso a Villa Gobernador Gálvez y lo harán también hoy, a partir de las 10, en el acceso a la autopista a la altura del puente Cargill. “La fábrica no abre sus puertas, nos adeudan sueldos y a los compañeros que aceptaron el retiro voluntario no les pagaron”, describió Ángel Vallejos, empleado de la metalúrgica. El conflicto se agravó luego que, pasado el fin de semana, los empleados aún no tenían acreditados en sus cuentas ni siquiera los 1.000 pesos, el único pago comprometido por los directivos de la firma en el Ministerio de Trabajo.
Si bien los damnificados lograron con el corte captar la atención de los medios de comunicación, para dar visibilidad a su problemática, también esperan respuestas de los responsables. “Lo que queremos lograr es que aparezca un inversor, si lo hay, y que dé la cara, que ponga la plata y que esto funcione de una vez por todas porque ya realmente se llegó a un tope”, sentenció.
Según indicó el trabajador, hay 200 familias que sufren a causa del conflicto laboral. “Hay varios tipos de situaciones, por un lado hubo 30 despidos injustificados, con causas inventadas; hay un grupo de gente que se fue con retiro voluntario pero que no se le cumplió con el pago y hoy somos 138 familias esperando, en vilo adentro de la empresa a que nos den una solución”, explicó.
En tanto, dijo que hoy habrá una reunión en el Ministerio de Trabajo de la que participarán el propietario de la firma, el cuerpo de delegados de la fábrica y representantes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). De acuerdo a lo consignado por Vallejos, el encuentro tiene como fin definir el cobro, por parte del propietario, de una deuda de unos 8 millones de pesos que la cartera laboral mantiene con la firma en concepto de retención de IVA por importaciones. “Se está peleando para que liberen 3 millones en bonos y por eso el dueño dice que la situación es culpa del Estado”, aseguró.
Por último, el trabajador agregó que todas las negociaciones que se llevan adelante con la empresa se demoran ya que “el que dialoga con los trabajadores es el que conocemos como el presidente de la empresa, cuando en realidad, a los efectos legales, la presidenta es la esposa de este hombre y es ella la que tiene que firmar, sino la gente no puede cobrar”.