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“No hay pruebas que contradigan la versión del suicidio de Nisman”

El periodista Pablo Duggan presentó en Rosario su libro “Quién mató a Nisman”, sobre la muerte del fiscal de la causa Amia

Tras un minucioso análisis del expediente judicial, el periodista y abogado Pablo Duggan intenta echar luz sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. En una publicación que, en un juego literario, tituló ¿Quién mató a Nisman?, Duggan arriesga lo que para él indican las pruebas que integran la investigación: que el fiscal de la causa Amia no fue asesinado sino que se trató de un suicidio. El jueves pasado la publicación fue presentada en Rosario en el marco de una charla con el periodista rosarino Manolo Robles en el Complejo Cultural Atlas.

“Decidí escribir este libro porque me parecía que la causa estaba empantanada. Se cumplían cuatro años de la muerte de Nisman, comenzaba un año electoral, y esta causa tuvo mucha influencia sobre las elecciones de 2015. Por eso quería que el libro estuviera publicado antes de las elecciones de 2019”, dijo Duggan a <El Ciudadano>.

El trabajo fue largo. El expediente en el que se basa el libro consta de 130 cuerpos que, en total, suman cerca de 40 mil fojas. Del análisis de las declaraciones, pericias y demás elementos que lo integran, Duggan llega a una conclusión: que el 18 de enero de 2018, el fiscal federal Alberto Nisman se suicidó con un arma que le había prestado Diego Lagomarsino.

 

Los hechos

El lunes 19 de enero de 2015 Argentina amanecía con una noticia: Nisman había sido encontrado muerto el día anterior en su departamento de la torre Le Parc, en el barrio porteño de Puerto Madero. El hecho no sólo era relevante porque se trataba del fiscal que llevaba adelante la investigación del atentado a la Amia, sino también porque ese lunes Nisman debía declarar ante el Congreso de la Nación por su denuncia de un pacto del gobierno de Cristina Kirchner para dejar libres a los iraníes acusados del atentado.

En ¿Quién mató a Nisman?, Duggan intenta responder a la incógnita central: la muerte del fiscal fue un magnicidio motivado por intereses políticos o un suicidio que quiso venderse mediáticamente como un crimen por intereses políticos en un año electoral. El autor se orienta hacia la segunda hipótesis y argumenta su opción a lo largo de casi 600 páginas.

Para el periodista, las principales pruebas que dan fuerza a la hipótesis del suicidio son dos. “Por un lado está la autopsia, que indica que el cuerpo de Nisman no tiene rastros de intervención de terceras personas. No tiene lesiones defensivas, ni signos de agarre, ni de que lo hayan atado, le hayan pegado o le hayan dado drogas. Y por otro la pericia sobre las manchas de sangre en el baño, que dicen que cuando se disparó el tiro estaba solo delante del espejo, con la puerta del baño cerrada y que en el lugar no había nadie más que él”, explicó.

“No hay testimonios, rastros, huellas, ni otras pericias que indiquen que hubo un asesino ni que contradigan la versión del suicidio y el caudal probatorio que la sostiene”. Eso, dijo, excepto por una pericia de Gendarmería Nacional incorporada en la causa tres años después de la muerte del fiscal, que indica que a Nisman lo mataron. “Es una pericia falsa, mentirosa, cuyo objetivo era sostener que había sido un homicidio con un trabajo penoso de manipulación de la prueba, sosteniendo delirios propios de quien no sabe nada de autopsias. Siempre adjudiqué esto a la ignorancia o a la mala praxis, hasta que me topé con el testimonio de un perito de Gendarmería que dijo que le habían pedido la autopsia con esos resultados”, reveló Duggan.

“Este es un caso que desde lo forense criminalístico es simple, fácil de resolver, no tiene ningún ribete extraño, es un suicidio de manual. Un departamento cerrado por dentro que estaba en perfecto estado, no había nada fuera de lugar. Adentro del baño, un cadáver apoyado contra la pared con un disparo de arma de fuego en el hemisferio derecho, no hay dudas de que fue un suicidio”, consideró el periodista que el jueves pasado presentó la publicación en el Complejo Cultural Atlas en el marco de una charla con Manolo Robles, colega de la cooperativa de comunicación La Masa, sobre el proceso de creación del libro y su interpretación del caso.

Sin sacar conclusiones respecto de las causas que podrían haber llevado al fiscal a tomar la decisión de quitarse la vida, en el libro Duggan hace un raconto del contexto en el que Nisman se encontraba en aquel enero de 2015. “Yo reconstruyo los últimos días del fiscal para demostrar que desde que él presenta la denuncia contra (la entonces presidenta) Cristina Fernández de Kirchner hasta que decide quitarse la vida pasó por momentos muy complicados en lo profesional, personal y familiar.

Utilización política

Para el abogado y periodista, la causa Nisman fue utilizada políticamente por Cambiemos para perjudicar al kirchnerismo, sirviéndose del aparato de los medios anti K para hacer circular una versión de los hechos que se posiciona entre una “fake news” (noticia falsa) y una “noticia deseada”, (es decir, que se adapte a lo que el público quiere escuchar). Según Duggan, con una sociedad con dos sectores enfrentados política e ideológicamente, y en pleno año electoral, la investigación del caso Nisman favoreció al sector representado por el ahora presidente Mauricio Macri. Y ese es el único motivo por el cual la investigación no llegó a ninguna conclusión.

En ese contexto Duggan remarcó la importancia de que ¿Quién mató a Nisman? estuviera publicado para inicios de 2019. Por eso decidió no esperar los tiempos de las editoriales y realizar la primera edición en forma independiente con los aportes económicos de lectores a través del sitio de financiamiento colectivo ideame.com. A partir de la segunda edición, la publicación estuvo a cargo de la editorial Planeta. ¿Quién mató a Nisman? va ahora por la quinta edición.

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