“Sabíamos que se venía el retiro de Gendarmería. De todas maneras, si pensamos que en 2013 hubo 264 muertos y en el año que pasó 250, podemos decir que en los ocho meses de presencia de esta fuerza federal no hubo una disminución notable en la cantidad de muertos”, razonaba ayer Ariel Monge, uno de los voceros de la ONG Red Antimafia, que hace un año comenzaba a visibilizar el problema de la inseguridad en Rosario.
La organización que nuclea a familiares de víctimas de delitos y a ciudadanos movilizados frente a la sucesión de hechos finalizó el año con una concentración de más de 300 vecinos en barrio Belgrano, en las Cuatro Plazas de Mendoza y avenida Provincias Unidas, donde además de colocar 250 “Cruces Blancas por Justicia”, escenificando exactamente el número de personas muertas en forma violenta en Rosario en 2014, juntaron firmas para que “se revea el veto de la ley 13.297 que postulaba la creación de centros de rehabilitación de personas con la problemática de la adicción”, agregó Monge.
La norma declaró la “emergencia en materia de seguridad pública” en todo el territorio provincial por 18 meses y fue publicada en el Boletín Oficial el 2 de enero de 2013, con vetos parciales, entre ellos el que reclama la organización no gubernamental.
“Otro de los objetivos de la Red Antimafia es hacerle saber a la gente que los familiares de las víctimas, a los que les han arrancado a un ser querido, tienen que rogar en los Tribunales para que los atienda un juez. Es decir, los bastardea la misma organización judicial, que defiende a los narcos, que nunca andan por Tribunales”, apuntó Monge. Y recordó que antes de las fiestas, integrantes de la ONG se reunieron con el secretario de Seguridad Pública, Gerardo Chaumont: “Acompañamos a Betina Zubeldía, una mamá de la ciudad de Pérez, que denunció a narcos. Pedimos custodia para ella pero hasta el momento no se la brindaron”, dijo. También solicitaron la “destitución” de la fuerza policial de un comisario “porque liberó a un doble homicida”.
La Red Antimafia, cada mes del año que recién finalizó, llevó las cruces blancas a diferentes lugares de la ciudad “para que la ciudadanía tomara conciencia del problema”. Así las plazas Pringles, San Martín, las escalinatas de los Tribunales, y los parques de las Colectividades y del Monumento a la Bandera fueron teniendo como tristes postales las cruces blancas, con un detalle escabroso: en cada oportunidad eran más que en las anteriores.
“Todas las actividades que realizamos –sostuvo Monge– son para mejorar en el tema de la inseguridad. Y para ello la gente debe tomar muchísima más conciencia de lo que está pasando”.
Y distinguió: “Por lo general los familiares de las víctimas son de los barrios más humildes y más conflictivos, como Tablada, Ludueña o Las Flores. No hay familiares de víctimas que sean del centro”.
El portavoz también destacó que la Red Antimafia apunta no sólo a la inseguridad sino también a “la corrupción policial, judicial o política de la provincia”, un marco de complicidades que ven como una de las claves del crimen organizado en la ciudad, del mismo modo que ocurría con otros rutilantes nombres y organizaciones hace exactamente un siglo, cuando Rosario era “la Chicago” del país.
Prueba de fuego
Sobre cómo impactará la salida de Gendarmería en los barrios con mayor índice de hechos violentos en la ciudad, el integrante de la ONG Red Antimafia relativizó el efecto generado por la presencia de fuerzas federales: “Si bien era sabido que en algún momento se retiraban, tampoco en los ocho meses que estuvieron disminuyó la cantidad de muertes”, marcó. “Ahora veremos qué sucede con la Policía, que volverá a controlar las zonas más calientes: desde nuestro lugar, estaremos denunciando a quienes no se comprometan o miren para otro lado”, advirtió Monge.