Ocurrió en el Mundial de Qatar. Y se repite en el Mundial de Futsal que se desarrolla en Uzbekistán. Argentina metió garra y corazón y superó 3-2 a Francia para meterse en la gran final del domingo ante Brasil, ni más, ni menos. Será la tercera definición consecutiva que jugará la Albiceleste. En Colombia 2016 superó a Rusia y en Lituania 2021 perdió con Portugal.
El partido resultó durísimo. Argentina se puso en ventaja rápido a través del penal que anotó Kevin Arrieta. Pero Francia, en su primer Mundial, no se quedó con los brazos cruzados. Menéndez, de media vuelta, estampó el primer empate parcial.
Antes de que termine el primer tiempo se juntaron los revulsivos Borruto y Claudino. Titi armó una jugada bárbara por izquierda y su compañero la cerró en el segundo palo, bien de futsal, para volver a ponerse en ventaja. Argentina se fue al descanso 2-1 arriba y con la sensación que tenía contralado a su rival.
Ya en el complemento, Francia estaba obligado a buscar el empate. Y lo consiguió nuevamente con la participación de Menéndez. Esta vez el pivot giró rápido, sacó un remate fuerte, Sarmiento dejó un rebote largo y eso lo aprovechó Toure para el 2-2.
El encuentro se empezó a poner friccionado y los equipos comenzaron a juntar faltas. Cuando los dos estaban en quinta, Francia hizo una más y eso le permitió a Argentina un remate desde los nueve metros a falta de tres minutos para el final. Arrieta, todo un especialista en la materia, pateó con extremada precisión para el 3-2 albiceleste.
Con la desventaja Francia recurrió al arquero-jugador con la misión de empatar. Pero Argentina defendió bárbaro en cada ataque galo. Los minutos pasaban, Francia entró en la desesperación total y la Albiceleste hizo gala de su oficio a la hora de defender.
Sonó la chicharra del final y fue toda alegría albiceleste. Francia, el equipo que se dejó perder con Irán en fase de grupos para evitar a Brasil, pasaba a jugar por el tercer puesto dejando la sensación de que la justicia divina lo castigó. Argentina logró un hecho histórico. Jugar tres finales seguidas no es poca cosa y este grupo, a base de sacrificio, carácter, determinación y talento lo consiguió. Ahora toca Brasil por el título, pero esa es un historia que está por escribirse.