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No le faltó nada: robó, mató y lo atraparon armado con una moto robada

Le dicen Gordo Pilín, tenía 20 años cuando cometió una serie de delitos que lo llevaron a la cárcel. Lo condenaron a fines del año pasado y ahora la Cámara Penal confirmó casi en su totalidad la sentencia. El condenado deberá cumplir casi 15 años de prisión

Catalogado como amigo de lo ajeno, el Gordo Pilín, a sus 23 años, acumulaba broncas en la localidad de Pérez. Su vecino Fabián Avila no era la excepción. Fabián tenía 41 años y era conocido en Cabín 9 por trabajar en la construcción. En septiembre de 2013 mantuvo una discusión con el Gordo Pilín que terminó a las piñas. El más joven de los pugilistas quedó a punto del nocaut y no se aguantó la paliza. Volvió con un arma hasta donde estaba Fabián, le pegó un tiro en el pecho y lo mató. Ahora el Gordo Pilín deberá cumplir casi 15 años tras las rejas.

Además del crimen, se le sumó un robo, un encubrimiento y una tenencia de arma. La Cámara Penal confirmó casi en su totalidad la sentencia y sólo le bajó dos meses la sanción por un tecnisismo vinculado al encuadre legal del encubrimiento.

El Gordo Pilín se llama Roberto Sebastián Barrientos y antes del homicidio de su vecino Fabián fue acusado de un escruche. En la acusación se describió que el Gordo Pilín reventó el candado de una casa ubicada en bulevar Seguí y Larralde, sacó la cadena que sujetaba la puerta y se metió a la vivienda junto a un adolescente, de 15 años.

Se llevó un televisor, un equipo de música, un DVD y un acolchado con flores amarillas. La víctima del robo supo después los apodos de los autores del robo y se percató que los conocía de vista. Sabía que se juntaban en Rivarola y Las Palmeras. Hasta allí llegaron los policías y el Gordo Pilín fue detenido.

La víctima del robo no recuperó sus cosas pero en el patio de su casa encontró tirada una llave y se la dio a los investigadores. Según los policías, esa llave resultó ser del candado de la pieza que estaba en el fondo de la propiedad que habitaba el Gordo Pilín en Las Golondrinas al 100, de Cabín 9.

El fallo cuenta que un familiar del Gordo Pilín les permitió el acceso y en el interior de esa construcción donde dormía el detenido secuestraron una motocicleta Honda color azul con los guarismos adulterados. La moto contaba con un pedido de secuestro, la habían robado en agosto de 2010 en la jurisdicción de la comisaría 30ª. También secuestraron un revolver calibre 38, la numeración estaba borrada.

El crimen

Fabián Enrique Avila, tenía 41 años y era un conocido albañil del barrio, un vecino de años a quienes todos tenían bien conceptuado, un trabajador. El Gordo Pilín no llevaba muchos años en Cabin 9 y ya tenía varias broncas entre ellas con Fabián. No se tenían simpatía y tuvieron varios cruces.

La madrugada del 7 de septiembre de 2013, la víctima estaba en Guayacanes y Las Calandrias, en la puerta de un quiosco con su hijo adolescente. Hasta el lugar llegó el Gordo Pilín, discutieron y en la puerta del local se fueron a las manos. El albañil, que le llevaba casi dos décadas a su contrincante ganó la pulseada, le dio algunas piñas que dejaron al más joven fuera de juego y masticando bronca.

El Gordo Pilín se fue pero a la media hora volvió con un arma. Se acercó a Fabián que todavía estaba en el lugar, la víctima le pidió que dejara el arma y lo solucionaran con los puños pero el Gordo Pilín le disparó en el pecho, cerca del corazón. Intentó dispararle al hijo de Fabián, pero las balas no salieron. Cuando terminó de disparar se fue. Fabián quedó agonizante, lo cargaron en un auto y lo llevaron hasta el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) pero no lograron salvarlo.

Durante la investigación se determinó que Fabián no tenía armas de fuego, solo sus puños. Cuando la pelea había terminado “ya los habían separado y la cosa había terminado ahí”, indicó el fallo. También le practicaron un dermotest que dio negativo.

En diciembre de 2018 el juez Ismael Manfrin condenó al Gordo Pilín a 14 años y 6 meses por el robo, el homicidio agravado de Fabián, encubrimiento con ánimo de lucro y la portación. Esta pena se unificó con una pena condicional dictada seis meses antes por la justicia federal por una tenencia de estupefacientes por lo que la pena a cumplir quedó en 15 años.

La defensa del Gordo Pilin apeló el fallo, dijo que el secuestro fue improcedente y que la muerte de Fabián se dio en un contexto de legítima defensa pero ello fue descartado por los camaristas Daniel Acosta, Gergina Depetris y Guillermo Llaudet quienes confirmaron la sentencia con algunas modificaciones vinculadas a las calificaciones legales.

Para el tribunal en el caso del allanamiento a la casa, el principal morador permitió el ingreso y además el mismo acusado admitió su responsabilidad al firmar un juicio abreviado en la justicia federal reconociendo el secuestro de estupefacientes en el mismo lugar que se encontró el arma y la moto, consta en el expediente.

Los camaristas tuvieron en cuenta el hallazgo de la llave de un candado en el patio de la víctima de robo un rato después del hecho que luego abrío la habitación del acusado, se explicó en la resolución.

En cuanto al crimen de Fabián, el atacante fue reconocido en rueda de personas por el hijo de la víctima y sus dichos fueron corroborados por otros dos testigos. En ese marco, los magistrados sólo realizaron dos modificaciones al fallo: uno vinculado a un error material al momento de la resolución ya que el delito vinculado al arma fue de tenencia, y entendió que el encubrimiento no fue con ánimo de lucro por lo que le sacó ese agravante y le bajó dos meses la sanción.

La condena quedó en 14 años y 4 meses para el Gordo Pilín, la cual se unificó con la sentencia dictada en el fuero federal por el Gordo Pilín deberá cumplir 14 años y 10 meses de cárcel.

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