A Cristina y su hija Rosalía la casa se les llenó de hormigón. Pasó de ser una casa normal en pleno corazón de Pichincha a una con una pared derrumbada, hormigón por todos lados y con peligro de derrumbe. «Esto le sucedió porque no nos vendió la casa», contó Cristina que le dijo una persona que trabaja en el edificio que están construyendo al lado de su casa. Este martes el municipio clausuró la obra.
Los problemas en esta casa ubicada en la zona de Alvear al 100 Bis comenzaron hace tiempo cuando en el terreno contiguo comenzaron a construir un edificio de 13 pisos en la zona de Alvear y Rivadavia. Hubo algunos alertas anteriores por problemas que se fueron sucediendo y que fueron oportunamente denunciados por las propietarias en Obras Particulares del municipio.
La hija de Cristina, la dueña de la casa, que es arquitecta, había advertido a los constructores de los problemas que fueron teniendo en la propiedad, porque algo similar había ocurrido en el patio, donde se había hecho un hueco, aunque no de la magnitud de lo que sucedió ahora.
«No lo podemos creer, habían hecho un hueco en una pared lindera, pero picaban en nuestra pared. Ellos picaban los 15 centímetros de su medianera, pero también demolían nuestros 15 centímetros», contó Rosalía, la hija que es arquitecta a Telefe Rosario y El Tres TV.
«Pedimos que venga Defensa Civil y nos digan si esto corre peligro de derrumbe o no», enfatizó Rosalía, la hija de Cristina, quien advirtió que la gente de Obras Particulares del Municipio va a pasar este martes por la mañana, alrededor de las 9.
Además de una pared derrumbada, el piso lleno de hormigón, todos los hierros y las estructuras quedaron al descubierto. «Es todo un desastre», contó Cristina, la dueña de la propiedad de planta baja, que se completa con otra casa en planta alta y una terraza.
El hecho ocurrió a las 13.30 cuando no había nadie. «Yo estaba de viaje, mi hija no estaba y la llamaron a ella, pero nunca se imaginó que iba a estar todo el comedor derrumbado», contó la mujer, quien afirmó que hace un tiempo la constructora le ofreció comprarle la propiedad, pero «no nos pusimos de acuerdo».
«Nos dijeron que tuve mala suerte porque no les quise vender a ellos», contó la mujer, con un dejo de resignación y bronca.
Por lo pronto, las mujeres iniciaron hace un tiempo un expediente en la dependencia de Obras Particulares del municipio con fotos y declaraciones donde ellas manifestaban que le habían destruido la pared.
De acuerdo a lo que suponen las propietarios, la presión de hormigón podría haber tumbado la pared.
Las mujeres no pueden pasar la noche en el lugar, y este martes, a las 9, «vendrá el ingeniero y veremos a ver qué determina. Vamos a tener que esperar, esto recién comienza», sentenció Cristina con pesar y angustia.