“Era un encanto de persona. Acá tienen la prueba”. Las palabras del Hermano Patricio Bolton a la prensa junto a las escaleras de ingreso al Colegio La Salle resumen lo que fue la vida y es el legado del maestro Juan Carlos Chiocca, quien falleció el sábado tras no sobrevivir al daño sufrido por los golpes recibidos en ocasión de robo una semana atrás. Mientras la tarde rosarina se convertía en anochecer, lo que rodeaba al director de la institución, a la familia y amigos de Juan Carlos era una inmensa demostración de afecto, de cariño puro de los alumnos de cuarto y sexto grado junto a sus familias. No todos pudieron ingresar a la emotiva misa que se realizó en su memoria, pero hicieron llegar su mensaje y quisieron estar allí cerca para de alguna forma despedirlo.
Los chicos hicieron carteles contando cómo recordarán a su maestro, que luego les regalaron a los padres de Juan Carlos. También portaron velas y las depositaron junto a la puerta de ingreso en una suerte de santuario de amor y respeto.
Para ellos, chicos de 9 y 10 años fue todo un trance entender qué pasó, sobre todo porque el por qué sucedió no lo pueden comprender siquiera los mayores. Algunos tardaron en asimilar la noticia desde aquel sábado por la tarde. Otros no pararon de llorar.
Es que Juan Carlos les ganó el corazón desde las leyendas que llegaban los miércoles en el Meet, les explicó lo que eran las palabras graves, agudas, esdrújulas, y no pudo terminar de leer junto a ellos el Mago de Oz, que varios de los chicos y chicas reflejaron en sus carteles.
El pedido de justicia de la familia sigue vigente y a ello se plegaron padres de los alumnos, amigos de Juan Carlos y las autoridades del La Salle (el Colegio Boneo realizó un abrazo simbólico en el mediodía del lunes), pero también se eligió recordar el legado del profesor, una víctima más de la inseguridad que justamente intentó proteger el medio con el que daba clases todas las semanas.
Los alumnos de cuatro grado le escribieron una carta a Juan con mensajes que fueron agregando uno a uno para luego darle forma a un sentido texto.
“Querido Profe Juan, es muy difícil y profundamente triste tener que despedirnos de esta manera. Esperamos que estés bien, cerquita de Dios y cuidándonos desde el cielo. Te queremos profe Juan, espero que sigas sonriendo como en cada ocasión cuando estabas con nosotros, nunca te olvidaremos, desde nuestros corazones te mandamos mucha luz y queremos que sepas que te vamos a recordar siempre con esa alegría que te caracteriza, por la manera tan especial de acompañarnos todo este tiempo, por tu calidez, dedicación y por todo el amor que nos trasmitías aún desde lo virtual. Supiste llegar a los corazones de cada alumno y sus familias.
Este año tan complicado por la pandemia y todo lo virtual se hizo más fácil, alegre y divertido porque estabas vos. Fuiste un profe fantástico, bueno, el mejor que pudimos tener. Gracias por estar cada día y enseñarnos con mucho amor.
Tu paso por nuestras vidas dejará una huella en nuestros corazones y en nuestra educación. Te vamos a recordar en nuestras carpetas, con tus mascotas y el mago de Oz será especial para nosotros.
Agradecemos muchísimo haberte conocido. Siempre te vamos a extrañar.
Familia del profe Juan, los abrazamos en este momento tan triste, rezamos a Dios para que les envíe fuerzas”, fue el mensaje de uno de los grados.
Los padres de Juan recibieron esta y todas las muestras de afecto con mucha emoción, además de una calurosa ovación cuando abandonaron la capilla tras la misa y, en medio del dolor, fue su madre la que se acercó a los chicos y les pidió sólo una cosa: “No lo olviden”.
Familiares, amigos, educadores y alumnos recuerdan al docente que falleció tras ser golpeado en robo
El conmovedor mensaje de la directora de la Boneo a su compañero