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No luce, no tiene brillo, pero la Lepra de Sanguinetti gana y sigue metido entre los cuatro mejores

Newell's gana porque busca ganar. Suena rebuscado, es simple. Insiste, no se resigna. Confía en su potencial, en una preparación física inapelable. Y la consecuencia de esa convicción es, en general, quedarse con los tres puntos. Eso lo tiene a un pasito de los cuartos de final de la Copa de la Liga

No luce. Seguramente un imparcial no se enloquecería para comprar una entrada para verlo. No desparrama virtuosismo en la cancha. Pero gana y nadie puede reprocharle nada. Ni siquiera el mérito de las victorias. El Newell’s made in Sanguinetti sigue su camino exitoso por la Copa de la Liga. Derrotó a Banfield y se puso más cómodo en la fila de candidatos para conseguir un pasaje a cuartos.

Otra vez las decisiones de Sanguinetti marcaron el camino. El DT tiene una gran lectura de los partidos, antes y durante. Por eso incluir a Arboleda, quien no atajaba desde aquella fatídica noche ante River, era un riesgo que asustaba a todos. Tilde positivo para el DT, porque el colombiano atajó sin fisuras.

Y los cambios iniciales, Reasco, Sordo y Giani tuvieron sentido. En especial porque mantuvieron la energía en un equipo que tiene desgaste y su mayor fortaleza pasa por lo físico.

La lectura acertada también pasa por los cambios, una vez más. La expulsión de Tanco le abrió el partido a Newell’s, pero hubo un rato de conflicto y Sanguinetti prefirió sacar al pibe Luciano, que estaba amonestado. Y Garro ingresó muy bien, igual que Panchito. El técnico incluso acierta con los jugadores que no saca. Porque Juanchón estaba complicado físicamente, y el ingreso de Castro podía ser por él. Sanguinetti lo dejó en cancha. Y generó el penal y lo ejecutó con jerarquía, sin pestañar.

Newell’s gana porque busca ganar. Suena rebuscado, es simple. Insiste, no se resigna. Confía en su potencial, en una preparación física inapelable. Y la consecuencia de esa convicción es, en general, quedarse con los tres puntos.

Hay sostenes, es cierto. Ditta no falla, ni siquiera cuando el riesgo es grande. Lema a veces queda «pagando» cuando sale lejos, pero cuando los centros al área son bombas atómicas, con los ojos cerrados uno puede acertar que cabecea él. Y Méndez, cuando le quitan la presión de defender, es una aplanadora que deja un surco y genera mucho por derecha. Todos cumplen, algunos más, otros menos. Hay convicción y el cuerpo responde, una clave de este equipo.

Newell’s se acomodó en la fila. De pronto ve que el mostrador donde entregan el ticket para cuartos está más cerca. Y empieza a ver a los de atrás algo más lejos. Por eso el hincha, que venía golpeado, se fue del Coloso feliz. E incluso metió algún hit con la palabra campeón, aunque parezca mucho.

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